
La MAC 90 es un campeonato para aficionados con el reglamento y con todo el rigor de una carrera oficial y federada. La única oportunidad para muchos de poder correr o de seguir corriendo. Desvelamos para ti todos sus entresijos en este reportaje.
En principio no se sienten grandes diferencias con otras carreras. Coinciden muchos o casi todos en el mismo hotel, compartiendo el comedor y en ocasiones también la mesa durante la cena. Se saludan en los boxes, conversan e intercambian pareceres y comentarios… Sí, hasta ahí, en apariencia todo resulta más o menos como lo que pudiera ser, por ejemplo, cualquier carrera autonómica.
Pero pronto se percibe un ambiente diferente presidiendo todos esos momentos. Las sonrisas de cortesía y el saludo de compromiso en el hotel dan paso a la pura risa, a conversaciones protagonizadas por una sana diversión e incluso a comentarios y chistes verdaderamente desternillantes. Se escucha reír mucho, pero mucho a lo largo de cada carrera. Y lo cierto es que, además, en los boxes, se van produciendo situaciones curiosas, incluso insólitas, y cada uno, el que le apetece, cuenta sus cuitas, sus trucos, sus sensaciones y van formando con ellas, entre unos y otros, el estrambótico ramillete que representa una carrera diferente:
Miguel Ángel Castilla. - La idea de la Mac surge en el año 2006. Pero antes de eso, un equipo de alumnos de nuestra escuela empezó a correr el Fan Endurance, un campeonato de resistencia organizado por Solo Moto y dirigido por Luis Miguel Reyes. Al empezar la temporada 2005, el Fan Endurance desaparece y en nuestra escuela nos quedamos con el deseo de dar continuidad a aquella iniciativa y también a nuestro equipo de carreras. Redujimos las tres horas que duraba cada carrera del Fan Endurance y las ajustamos a la hora y media actual, que resulta más apropiada para un piloto aficionado. Ese año 2006 y también en 2007, hicimos dos carreras sueltas en cada temporada, y ya fue en 2.008 cuando arrancamos con un campeonato completo a cinco carreras.
La Mac90 debe su nombre a su creador y el apellido a los noventa minutos de duración que tiene cada carrera. Miguel Ángel Castilla, piloto de velocidad en los noventa, participó como invitado (wild car), dentro de la categoría del cuarto de litro, en los grandes premios españoles del Mundial 93 y también del 94. Posteriormente, en 1995, llegó a completar toda la temporada en esa misma cilindrada. Su mejor resultado fue el décimo tercer puesto logrado en el Gran Premio de Jerez del 94 (foto con el nº 31).


Sin embargo, un problema en su brazo derecho acabó con sus aspiraciones deportivas y con sus sueños como piloto mundialista. Tras una intervención quirúrgica para curar la lesión de síndrome compartimental que padecía, su antebrazo no quedó todo lo bien que exige el máximo nivel de preparación. Cinco pequeños músculos se necrosaron, la muñeca perdió buena parte de su movilidad y Miguel Ángel se vio obligado a renunciar a todas sus ilusiones puestas en la competición.
Al año siguiente organizó algún curso de conducción independiente, sin incluir dentro de ningún calendario programado. Así continuó hasta 1998. Mientras, realizaba los estudios necesarios para obtener el título de profesor de autoescuela. Fue entonces cuando fundó su escuela de conducción, en la que aúna sus conocimientos en materia de pilotaje deportivo y los de educación vial.
MAC.- La respuesta a la propuesta de la Mac90 fue excelente desde el principio. En 2007 llegamos a tener en una carrera dos parrillas de 38 equipos. Había tantísima gente que nos vimos obligados a separar las Supersport de las Extreme. No nos cabían todos en una carrera. Gustó mucho nuestra fórmula y los pilotos acudían en masa. Después, durante la temporada 2008, la inscripción media fue de unos 40 equipos por carrera, en las cinco que hicimos. Esa cifra creció hasta 2009, que fue el año en el que alcanzamos la máxima participación, llegando a montar dos carreras paralelas en cada circuito, la SIN (principiantes de primera vez) y la PRO (con alguna experiencia).
En cuanto al circuito preferido por nuestros pilotos, no hay ninguna duda de que es Jerez. Jerez registró en 2009 y 2010 un lleno total: llegó a haber hasta cincuenta motos en parrilla, que es límite.