REPORTAJES

KTM 790 Duke 2018: Prueba / Primeras impresiones / Ficha técnica

Publicado el 06/03/2018 en Pruebas de motos

Por Borja Arias
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Desde que tuvimos la oportunidad de ver en el Salón EICMA de Milán 2016 el prototipo de la nueva 790 Duke, apodada 'The Scalpel', surgió una gran expectación por ver el resultado final de tan espectacular modelo. Pues bien, un año después, conocemos de primera mano a la nueva 'bala naranja' con la que KTM irrumpe en el segmento de las naked deportivas de cilindrada media-alta.

Con la llegada de la nueva 790 Duke 2018, KTM completa su familia street a la par que rellena el hueco existente entre la 690 Duke de 73 cv y la todopoderosa 1290 Super Duke R de 177 cv. Para ello, KTM ha creado su primer motor de dos cilindros en paralelo, dejando a un lado la configuración en V que hasta ahora había definido el diseño de todos los propulsores bicilíndricos de la marca austriaca.

Este nuevo motor LC8c de dos cilindros en paralelo y 799 cc es, según KTM, uno de los más compactos de su categoría, siendo capaz de entregar 105 cv de potencia a 9.500 rpm, con un par máximo de 87 Nm a 8.000 rpm. Este nuevo motor, sólo gasta 4,4 litros a los 100 kilómetros según KTM; además, la marca naranja también ha confirmado que lanzará una versión de su 790 Duke con 95 cv de serie que se podrá limitar a 47 cv para ser compatible con el carnet A2.

En lo que respecta al chasis, KTM ha partido de cero y ha creado una estructura tubular de acero al cromo-molibdeno que usa el motor como elemento portante, ayudando a reducir el peso global del conjunto junto con un subchasis de aluminio. El peso total de la moto, sin líquidos, es de 169 kilos, 26 kilos menos que la Super Duke R, y cuenta con un depósito de combustible de 14 litros.

Las suspensiones las firma WP, empresa propiedad del grupo KTM; delante encontramos una horquilla invertida con barras de 43 mm y muelles progresivos sin posibilidad de ajuste. Detrás, un monoamortiguador asistido por gas de WPB (con ajustes de extensión y precarga) se encarga de domar los movimientos del tren trasero.

El equipo de frenos delantero está formado por dos pinzas radiales de cuatro pistones desarrolladas por la propia KTM en colaboración con J.Juan, mordiendo discos de 300 mm. Detrás, una pinza de dos pistones trabaja en conjunto con un dsco de 240 mm. La 790 Duke trae de serie la unidad Bosch 9.1 MP, que además de ABS convencional tiene función de ABS Cornering con asistencia en curva.

La nueva 790 Duke 2018 equipa todo el sistema de ayudas que ya conocemos en la 1290 Super Duke R. Además del ABS en curva (con modo Supermoto para desconectarlo sólo en la rueda trasera), esta nueva bicilíndrica austriaca monta de serie el sistema de control de tracción MTC de tres niveles con opción Track, el regulador de freno motor MSR con 9 niveles, cambio Quickshifter+ para subir y bajar marcha y un Launch Control para evitar el levantamiento de la rueda delantera en salidas desde parado. El piloto podrá elegir entre tres tipos de mapa motor: Track, Sport o Street.

Respecto a su diseño, la 790 Duke 2018 no puede ocultar su herencia deportiva. El escape, fabricado en acero, cuenta con un revolucionario diseño que le permite pasar casi desapercibido siguiendo las líneas del subchasis trasero. Delante encontramos una óptica Full-LED que mantiene el diseño ya visto en la Super Duke R, ahora más afilado.

Para la instrumentación, KTM ha optado por una pantalla TFT a color de 5", pudiendo controlar un gran volumen de información a de forma fácil e intuitiva desde el joystick de la piña izquierda, y con el cual, también podremos controlar el sistema My Ride (opcional) para gestionar la conexión con nuestro teléfono móvil, ofreciendo así el control de las llamadas entrantes y de las funciones de audio del móvil.

De cara a ponerla a prueba, KTM nos preparó una presentación dinámica del modelo dividida en dos fases, por lado, un generosa ruta por las sinuosas carreteras de la zona montañosa de la isla de Gran Canaria, y una segunda toma de contacto en el circuito de Maspalomas, donde además de poder exprimir su rendimiento más al límite, también ejecutamos un pequeño slalom de conos para incidir en su maniobrabilidad y precisión en espacios reducidos.

En la primera sección de la jornada, fue rápido y evidente el buen hacer del nuevo chasis de la 790 Duke. En autopista la moto transmite confianza y aplomo más que de sobra conduciendo a velocidades elevadas, y pese a no contar con protección aerodinámica en la parte superior, el nuevo diseño del depósito abrazado por los paneles laterales, permite llevar protegidas las piernas evitando que se despeguen por efecto del aire.

Ergonómicamente los matices son claramente deportivos, con un mullido del asiento algo duro pero de dimensiones generosas con igual parecer para el acompañante, aunque en este caso los estribos se sitúan bajos para mayor comodidad. La posición del manillar me parece muy correcta, permitiendo una posición general notablemente erguida y sin forzar la posición de los brazos.

Siguiendo en autopista, y conduciendo en modo 'Street', la moto responde con energía a la hora de acelerar, es decir, contamos con buena respuesta mecánica bien para recuperaciones o a la hora de adelantar, aunque esta maniobra será más efectiva si lo hacemos en la marcha correcta. Además en esta situación, el consumo se mantiene como anuncia fábrica, promediando los 4,5 litros cada 100 km.

Pasando a pilotar en tramos revirados, bien en carretera o bien en circuito, la nueva 790 Duke saca a relucir su lado más salvaje y efectivo. Su ligereza, comparándola con la 1290 Super Duke, la confiere de reacciones muy ágiles y precisas, y hace que moverla de lado a la lado sea coser y cantar, pero sobre todo muy divertido.

Las suspensiones hacen su trabajo con nota, y apenas se echa en falta una regulación para la horquilla delantera ya que el tarado de serie es claramente deportivo. Los frenos también permiten un ritmo de conducción elevado y constante, con mucha mordida y sin desfallecer en ningún momento, incluyendo el circuito en sus descripción.

Su estudiada ergonomía permite moverse sobre la moto con mucha soltura, en parte gracias a una zona inicial del asiento más estrecha que permite movimientos rápidos de lado a lado de cara a descolgarse de la moto, o una zona final que cuenta con el asiento del pasajero como tope para sujetarse a la hora de acelerar fuerte. Además el semimanillar permite un control perfecto de la moto sobre todo a baja velocidad.

Por último cabe destacar sin lugar a dudas su nuevo motor. Su entrega de potencia está muy bien dosificada gracias a su acelerador electrónico, siendo esta muy directa y contundente en el modo 'Sport' y en el modo 'Track', siendo este último mapa motor, la opción recomendada para uso en circuito ya que reduce al mínimo cualquier tipo de ayuda electrónica a la conducción.

El propulsor sube de vueltas con mucha alegría, registrándose su mayor respuesta sobre las 5.000 rpm hasta casi las 9.000 rpm y con la ventaja de haber desaparecido casi por completo cualquier vibración típica de la configuración en 'V'. Con ello enlazar curvas es realmente fácil, y si además se equipa el cambio semiautomático (opcional) mejor aún, ya que este se ha mostrado realmente rápido y preciso, teniendo de acompañante constante el bramido y explosiones de su nuevo y llamativo escape.

En resumidas cuentas, en esta primera toma de contacto, la nueva KTM 790 Duke, se me antoja como el modelo óptimo dentro de la familia street de la firma austriaca, tanto por su excelente relación peso/potencia como calidad/precio.


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