El EICMA de Milán siempre nos deja sorpresas, pero hay algunas que entran directamente por los ojos. Eso es justo lo que ha pasado con Morbidelli y su última novedad, una máquina que promete dar mucho que hablar. Se llama C652V y viene con una misión muy clara: demostrar que no hace falta hipotecarse de por vida para tener una cruiser con muy mala leche y una estética rompecuellos.
Estamos ante el segundo modelo cruiser de la marca italiana, una moto que aterrizará en Europa a principios de 2026 y que, sobre el papel, tiene todos los ingredientes para convertirse en una superventas. Y es que, seamos sinceros, el segmento de la media cilindrada pedía a gritos algo así: músculo, diseño y, sobre todo, soluciones técnicas que normalmente solo vemos en motos que cuestan el doble.
Lo primero que te atrapa es su corazón. Morbidelli no se ha andado con rodeos y ha montado un bicilíndrico en V de 650 cc, refrigerado por agua y con 8 válvulas. Pero aquí lo que importa no es tanto la potencia máxima, que se queda en unos más que dignos 55,7 cv a 7.500 rpm, sino el empuje. Con un par motor de 62 Nm a solo 6.000 vueltas, promete salir de los semáforos con esa contundencia que te estira los brazos y te saca una sonrisa dentro del casco.
Pero ojo al dato, porque aquí viene una de las características que más van a agradecer los ruteros: la transmisión. Olvídate de la grasa de la cadena y de tensar cada dos por tres. La C652V apuesta por una correa dentada, un sistema que garantiza suavidad, silencio y un mantenimiento casi ridículo.
Es un detalle de calidad que eleva el nivel del conjunto y que se combina con una caja de seis marchas y embrague antirrebote para que las reducciones sean mantequilla pura.
Si nos agachamos a mirar el esqueleto de la moto, la cosa se pone interesante. Han fabricado un chasis de doble cuna de aluminio con una peculiaridad técnica digna de mención: no tiene soldaduras. Gracias a un proceso de fabricación avanzado, han conseguido una estructura limpia y rígida que sujeta todo el conjunto. Y vaya conjunto, porque las dimensiones imponen respeto con una distancia entre ejes de 1.645 mm. Es larga, muy larga.
Sin embargo, donde esta Morbidelli saca pecho de verdad es en su calzado. La marca ha querido que la moto pise fuerte, literalmente. Delante monta un neumático de 130/70R18, pero es que atrás se han vuelto locos y le han calzado un enorme 200/55R16. Sí, has leído bien, un donut de 200 en una 650. Estéticamente queda brutal y le da ese empaque de moto gorda que tanto gusta en el mundillo custom.
En el apartado de la frenada, delante encontramos un doble disco de 300 mm mordido por pinzas de dos pistones, apoyado por un disco trasero de 240 mm y, por supuesto, un ABS de doble canal vigilando que no haya sustos. La suspensión acompaña con una horquilla invertida de 43 mm bastante robusta y un monoamortiguador trasero tipo Pro-link que, aunque tiene un recorrido corto de 48 mm (típico del estilo), promete aguantar el tipo.
Y como no podía ser de otra manera en pleno siglo XXI, la electrónica también tiene su hueco. No es una nave espacial, pero trae lo justo y necesario para ir seguro: Control de Tracción (TCS) de serie y dos modos de conducción. Tienes el modo Economic para el día a día, y un modo Sport que le da un poco más de alegría al gas y te permite desconectar el control de tracción.
El remate final lo ponen los detalles de diseño. El asiento está a unos bajísimos 710 mm del suelo, lo que la hace apta para absolutamente todas las tallas. Además, el asiento del pasajero se puede quitar en un momento para dejarla en modo bobber monoplaza, que le sienta de vicio. Sumadle iluminación Full LED, un cuadro mixto analógico-digital muy pintón y un depósito de 18,5 litros que asegura kilometradas largas sin parar a repostar.
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¿Y de precio cómo andamos? Pues aunque todavía no hay cifra oficial grabada en piedra para España, los rumores apuntan a una horquilla entre los 6.500 y 7.000 euros. La nueva C652V llegará a los concesionarios de Morbidelli durante la primera mitad de 2026.
