Maverick Viñales quiere optar a todo en 2026, y para ello el catalán tiene previsto asociarse con uno de los pilotos españoles que más éxitos han cosechado en MotoGP. El de Roses busca ese extra definitivo para asaltar el título la próxima campaña, y cree que un piloto de la talla de Jorge Lorenzo puede ayudarle a completar ese círculo que Maverick ansía para volver a colarse entre los mejores después de un 2025 complicado a nivel deportivo, marcado por las lesiones y por su lenta adaptación a la RC16.
El propio Viñales abordó el tema con total naturalidad en Valencia, reconociendo que la figura del mallorquín sería un activo de valor incalculable en su box. Al ser preguntado sobre en qué áreas podría influir un perfil como el de Lorenzo, Maverick no dudó: "En mucho. Un piloto del nivel de Jorge te puede echar una mano en todo".
El piloto de KTM tiene claro que la experiencia ganadora es un grado, y más cuando viene de alguien que ha levantado el título de la clase reina en tres ocasiones. "Al final tiene mucha experiencia, ha ganado Mundiales y es muy técnico, un aspecto, este último, que me interesa mucho", confesó el español, subrayando el potencial de esta unión: "Con él podría crecer".
La obsesión de Maverick es limar esas milésimas que hoy en día separan la gloria del anonimato en una categoría tan igualada como la actual MotoGP. Él mismo hace las matemáticas: "En el MotoGP actual, en una décima, que es nada, puedes pasar del quinto puesto a la victoria". Para encontrar esa décima, el plan de trabajo con Lorenzo sería específico: "Quiero intentar mejorar la frenada y el estilo de pilotaje".
Mientras se fragua este posible fichaje, la realidad en la pista de Cheste ha sido más que positiva. Viñales ha cerrado el 2025 con muy buen sabor de boca, dejando atrás los fantasmas de la caída en Sachsenring y mirando al futuro con optimismo. Ha terminado sexto en la general de los test y se ha consolidado como la segunda mejor KTM, solo por detrás del empuje de Pedro Acosta.
El trabajo en el garaje de Mattighofen ha sido frenético. Sin tiempo que perder después de una mañana perdido por culpa del mal estado de la pista, el equipo ha optado por una estrategia de choque. "No nos ha permitido planificar tan bien el entreno como nos hubiera gustado, pero nos ha permitido ir más a por faena, comprimir todo", explicó el gerundense en DAZN, satisfecho con la productividad de la jornada: "Hemos probado lo que teníamos que probar, así que estamos contentos. Ha sido más constante. Hemos rodado mucho en las horas buenas, es lo positivo".
En el apartado puramente técnico, Viñales ha ejercido de probador de lujo, validando componentes que ya habían testado sus compañeros de marca para asegurar el tiro. "Hemos probado diferentes conceptos de aerodinámica, para entender en qué dirección ir", detalló. Además, confirmó que la moto empieza a funcionar como un reloj: "He probado el chasis que llevaban Pedro y Binder, también el basculante que llevaban ellos, simplemente para confirmar que es un paso hacia delante".
Lo mejor del test, sin embargo, han sido las sensaciones. Esa conexión entre piloto y máquina que a veces cuesta encontrar. "Ha sido un día positivo, me he encontrado mejor con la moto, mucho más 'flow', necesito kilómetros todavía", reconoció Viñales.
El español se marcha de vacaciones con los deberes hechos y la hoja de ruta bien definida. Aunque no hubo tiempo para montar el puzzle completo en una sola moto, las conclusiones son firmes. "Me voy con la sensación de que tenemos las ideas claras hacia dónde ir. No he tenido tiempo para poner todas las mejoras en la misma moto, he ido probando y tengo claro cuál es el paquete que más puede funcionar".
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Con la base técnica de KTM afianzada y la posible llegada de Jorge Lorenzo a su esquina, Viñales no se pone límites: "Para 2026 mi objetivo es perfeccionarme al máximo, desde el punto de vista técnico sobre la moto, además del físico".
