El Circuito Ricardo Tormo ha marcado la línea de salida del nuevo proyecto Yamaha V4. Después de meses de desarrollo en pista, el test de Cheste ha sido el primer escenario donde hemos visto a toda la armada de Iwata empleando esta nueva configuración de motor, un estreno que no ha estado exento de obstáculos, con una meteorología caprichosa que impidió aprovechar al máximo el tiempo de trabajo.
Fabio Quartararo ha vuelto a ser el faro de los de Iwata. El francés cerró el día con el 15º mejor crono, quedándose a medio segundo de la referencia, aunque los tiempos eran lo de menos. La hoja de ruta estaba clara: empezar con la moto conocida para luego dar el salto al vacío con el nuevo prototipo.
Pero más allá de la técnica, la noticia del día en el box azul ha tenido nombre propio: Toprak Razgatlioglu. El turco, que llega como rookie a MotoGP, ha sido el único que se ha atrevido a rodar exclusivamente con la V4 desde el semáforo verde, acumulando kilómetros y sensaciones que no han pasado desapercibidas para su compañero de fábrica. Cerró el martes 18º, por delante de las Yamaha de Alex Rins (19º) y Jack Miller (20º).
El Diablo no ha ocultado su asombro al bajarse de la moto, reconociendo que el rendimiento del tricampeón de Superbikes ha superado todas las previsiones. "No he hablado con él. La de hoy ha sido una jornada difícil, todos han intentado pasar el mayor tiempo posible en el box, pero he visto que él ha dado muchas más vueltas y me ha sorprendido lo rápido que ha sido hoy", confesaba Fabio, lanzando un aviso a navegantes sobre el potencial de Toprak: "Creo que el próximo año lo hará mejor de lo que esperaba".
Ya centrados en la pura evolución de la M1, Quartararo ha querido poner los pies en la tierra. La prioridad era, y sigue siendo, construir la casa por los cimientos. "¿Hemos encontrado ya algo mejor respecto al test de Misano? El objetivo no era ese. Teníamos que encontrar ante todo la mejor puesta a punto", señalaba el francés.
El principal caballo de batalla durante la sesión vespertina ha sido el tren delantero: "Hemos trabajado sobre todo para encontrar una base y el feeling con la parte delantera, pero diría que nada verdaderamente importante por el momento", admitía con sinceridad, añadiendo que la falta de rodaje ha pesado: "Es demasiado pronto para decir si estoy contento o no. No hemos conseguido dar muchas vueltas porque, como he dicho, hemos pasado mucho tiempo cambiando cosas en la puesta a punto".
Una de las grandes incógnitas era cómo cambia el pilotaje con esta nueva arquitectura de motor. Y ahí, Quartararo sí ha notado el cambio. No es solo potencia, es cómo se entrega y cómo se mueve la moto. "Hoy ha sido solo un día para volver a subirme y tratar de entender un poco más la moto, porque el estilo de pilotaje es completamente diferente al de la moto cuatro en línea", analizaba, dejando una nota positiva: "Sin embargo, me gusta la forma en la que se pilota la V4".
Sobre si Yamaha ha abierto el grifo de la potencia al máximo o se ha guardado algo en la manga, el campeón de 2021 no quiso (o no pudo) aclararlo: "No lo sé. Usamos la potencia que tenemos", comentó, para luego detallar sus sensaciones: "Naturalmente, quinta y sexta marcha son siempre a fondo en cualquier caso, pero en primera, en segunda y en tercera es un poco diferente respecto a la moto 2025".
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Ahora, todas las esperanzas están puestas en la jornada de hoy miércoles. Yamaha se quedará un día más en el Ricardo Tormo aprovechando su nivel de concesiones D: "Esperemos que no llueva", rogaba Quartararo, sabiendo que "mañana será una jornada importante" para definir el camino del chasis, la electrónica y la aerodinámica de la moto 2026.
