
No hay resaca dulce que valga para Pedro Acosta. Apenas unas horas después de cerrar el año con un cuarto puesto en el Mundial 2025, superando en la foto finish de la clasificación nada menos que a Pecco Bagnaia, el murciano ya ha cambiado el chip. El martes de test en el Circuito Ricardo Tormo no fue un día de trámites. Acosta se bajó de la RC16 con las ideas muy claras y un mensaje directo a las oficinas de Mattighofen: el invierno va a ser largo y en Austria tienen trabajo.
El piloto español no se anda con rodeos cuando se le pregunta por la carta a los Reyes Magos de cara a los test de febrero en Malasia. Su exigencia es clara: "En Sepang espero una KTM medio segundo más rápida" dijo al micrófono de DAZN. Acosta sabe que el talento lo pone él, pero necesita que la máquina responda para dar el salto definitivo al título.
La jornada en Cheste, que inauguraba la pretemporada 2026, estuvo marcada por un inicio perezoso debido a las condiciones de la pista, lo que obligó a comprimir la agenda. A pesar de todo, el #31 completó 53 giros, parando el crono con el quinto mejor registro, a solo dos décimas de la referencia marcada por la Aprilia de Raúl Fernández.
"Ha sido un día bastante productivo para lo poco que hemos rodado por la mañana", reconocía Acosta, que prefiere ver el vaso medio lleno: "Tenemos que irnos contentos, hemos hecho bastantes pruebas y repruebas sobre todo. A ver cómo salen los análisis, si sacamos algo en claro".
Con el reloj en contra por la mañana perdida, en el garaje de KTM tocó tirar de pragmatismo y descartar las pruebas menores. El foco se puso en lo que realmente importa ahora mismo: la resistencia al viento y la comodidad sobre la montura. "Mi trabajo se ha centrado sobre todo en la parte aerodinámica", explicaba el de Mazarrón. "Es verdad que tenía alguna cosa más con bastante menos importancia, pero sabiendo que hemos perdido toda la mañana, teníamos que centrarnos en lo más importante".
El menú técnico del día incluyó piezas visibles y cambios de concepto que buscan afinar el comportamiento de la moto austriaca. Acosta detalló el material testado: "Hemos probado dos carenados diferentes, dos conceptos distintos, hemos probado una silleta nueva que estaba claro que iba a ir bien. Sobre todo concentrado en las partes aerodinámicas, que era lo importante".
Sin embargo, los test de Valencia siempre hay que cogerlos con pinzas. Con mucha goma en pista del fin de semana y fatiga acumulada, las conclusiones definitivas se resisten. "Ahora mismo hay muchos grises. Tampoco era un día para apretar ni para sacar muchas cosas en claro", admitía el piloto con cautela. Eso sí, dejó una píldora de optimismo sobre el último run del día: "Es verdad que en último que he probado ha ido bastante bien, mejor de lo que nos suele ir. Ahora falta que todo se cuadre en los análisis, y ver qué decisión tomamos".
Pero el murciano insiste en que la velocidad pura no lo es todo. Su diagnóstico sobre la RC16 es de cirujano: falta equilibrio. "Necesita bastantes cosas. Al menos espero una moto más completa", reclama. Y profundiza en los puntos débiles que les han lastrado este 2025: "Sabemos que tenemos una frenada muy fuerte, una salida muy fuerte, pero necesitamos más consistencia en carrera, no tener tantos altibajos durante la misma carrera". Esa regularidad es la obsesión de Acosta para el próximo curso: "Eso me llevará a estar constantemente en el podio".
El piloto de KTM no pierde de vista que el Mundial se ha puesto carísimo y que la competencia está afilando los cuchillos. Mirando al garaje de al lado, Acosta ve amenazas por todas partes. "Las Ducati están muy fuertes, la Aprilia ha dado un paso muy grande con Raúl y con Marc, Martín también viene detrás... el año que viene estará bastante competido", analiza.
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El aviso final es claro: "Habrá que cuadrarlo todo bien". Y añade una reflexión sobre la evolución salvaje de MotoGP: "Es verdad que en esta parte final de año lo hemos conseguido, pero el año que viene espero que el nivel suba más, porque este año ya se ha rodado más rápido que el pasado".

