16 largos días han pasado desde el grave accidente que puso en jaque las vidas de Noah Dettwiler y José Antonio Rueda. Hoy, más de dos semanas después, las noticias sobre los dos pilotos mundialistas no podían ser más positivas, especialmente en el caso del piloto suizo, que se llevó sin duda la peor parte del golpe.
Este martes, por fin, hemos visto la imagen que todos esperábamos: la de Noah empezando su proceso de recuperación. La fotografía la ha compartido su padre, Andy Dettwiler, y ha sido tomada en el exterior del hospital suizo al que ha sido trasladado. En la instantánea, Noah Dettwiler aparece sentado en una silla de ruedas, con la pierna izquierda escayolada y en alto. Pero lo que importa, lo que alivia, es su rostro: Noah sonríe.
Hay que rebobinar hasta el pasado 26 de octubre para entender la magnitud de esa sonrisa. El piloto suizo del CIP Green Power no estaba luchando por los puntos; ni siquiera había empezado la carrera. El brutal accidente se produjo en la vuelta de calentamiento, un golpe que heló la sangre del circuito de Sepang y silenció al paddock.
Lo que vino después fue un auténtico sinvivir. El piloto fue evacuado de urgencia al hospital de Kuala Lumpur después de tres paros cardiacos, donde ingresó en la unidad de cuidados intensivos. Los primeros comunicados hablaban de estado crítico -tuvieron que extirparle el bazo de urgencia-, cinco días de angustia en los que se luchaba por la vida, no por la recuperación.
La primera batalla, la más dura, la ganó el 31 de octubre. El equipo anunció la noticia que todos esperaban: Noah estaba consciente, despierto y abandonaba la UCI. Era el primer paso para salir del infierno malasio, siendo trasladado a una clínica privada en la misma capital.
El 6 de noviembre se dio el siguiente paso de gigante: la luz verde para la compleja repatriación. La odisea de Kuala Lumpur terminaba, pero el viaje de vuelta a casa no era sencillo. Un avión medicalizado de la organización REGA despegó de Malasia para llevar al piloto de vuelta a Suiza.
Coincidiendo con ese traslado, su padre, Andy Dettwiler, rompió el silencio con una carta abierta en sus redes sociales para agradecer el apoyo y detallar el infierno vivido. Unas palabras que ahora, con la foto de su hijo sonriendo, cobran aún más sentido.
El padre de Noah deja claro quiénes son los héroes de esta historia, con un mensaje directo a los médicos de la UCI de Kuala Lumpur: "Todos vosotros salvasteis la vida de Noah". Un agradecimiento que hizo extensivo al personal de pista, al equipo, e incluso a figuras del paddock como el también piloto Tom Lüthi, que estuvieron al pie del cañón.
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El regreso a Suiza, sin embargo, solo es el principio de una larga rehabilitación. Dettwiler fue trasladado directamente del avión al hospital. El piloto no pisará su casa a corto plazo. Le espera una nueva visita al quirófano para afrontar la "cirugía pendiente en su pierna", según confirmó su equipo. Una vez superada esta operación, comenzará el verdadero maratón.
