
Kove ha decidido ampliar su ofensiva en el mercado trail de media cilindrada. Tras la buena acogida de gama 800X en el terreno puramente adventure, el fabricante chino pone ahora el objetivo en el asfalto con la nueva 800X GT 2026, una versión diseñada para devorar kilómetros y competir en el competido segmento sport-turismo.
La 800X GT adapta la base conocida del motor de 799 cc, pero cambia radicalmente su enfoque off-road por el de las rutas en carretera. La estética se mantiene agresiva, aunque ahora vestida con colores más sobrios como el blanco o el negro.
Para ganarse el apellido GT'(Grand Tourer), la modificación clave ha sido la autonomía. Esta moto incorpora un nuevo depósito de combustible que crece hasta los 22 litros de capacidad. Se trata de un salto notable frente a sus hermanas que, según las cifras aportadas por el fabricante, le permitirá superar los 400 kilómetros sin necesidad de repostar.
Bajo el nuevo carenado, el corazón mecánico no varía. Se mantiene el solvente bloque bicilíndrico en paralelo de 799 cc, que ya ha demostrado su carácter en el resto de la gama. Las cifras oficiales se clavan en 93,2 cv de potencia a 9.000 rpm y 79 Nm de par, con una velocidad punta declarada por la marca de 210 km/h.
La gran apuesta de Kove con este modelo parece estar en el equipamiento de serie, buscando romper el mercado. La 800X GT saldrá de fábrica con control de crucero, un elemento indispensable para viajes largos, además de puños y asiento calefactables, y un sistema de monitorización de presión de neumáticos (TPMS).


A ese paquete de confort se suma un arsenal tecnológico completo. La moto incluye una gran pantalla TFT de 7 pulgadas con conectividad y sistema de navegación, un cambio rápido bidireccional (quickshifter), embrague antirrebote y una toma USB. La electrónica se completa con un acelerador ride-by-wire que gestiona cuatro modos de conducción: Eco, Sport, Rain y Offroad.
Aquí es donde la GT presenta su dualidad más interesante. En el apartado de chasis, adopta las medidas de ruedas más lógicas para el asfalto, con 19 pulgadas delante y 17 detrás, montadas sobre llantas de radios.
Sin embargo, la moto no renuncia a sus orígenes camperos. Lo más llamativo es que conserva unas suspensiones de recorrido muy generoso. Monta un equipo KYB totalmente ajustable que ofrece 210 mm de recorrido en ambos ejes, una cifra más propia del trail puro que de un modelo crossover asfáltico. Además, incluye de serie un amortiguador de dirección.

El confort en ruta se ha revisado con un nuevo asiento, que se anuncia más ancho y acogedor tanto para el piloto como para el pasajero, y que sitúa la altura a 826 mm del suelo. A pesar del aumento del depósito, el peso declarado en orden de marcha se mantiene en unos contenidos 212 kilogramos.
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Su llegada al mercado español parece inminente. Tras su presentación en el salón EICMA 2025, será cuestión de meses que Kove la incluya en su todavía reducido catálogo de modelos en nuestro país. El precio final sigue siendo la gran incógnita, pero no se espera que se distancie mucho de su hermana, la 800X Pro. Todo apunta a que la estrategia de la marca será situar esta trail asfáltica por debajo de la barrera psicológica de los 10.000 euros.

