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Si hacer un caballito ya entraña cierta dificultad, hacerlo sentado sobre el depósito de la moto es algo reservado para unos pocos mortales, y el piloto de británico Jonny Davies, conocido como JD Stunts, es uno de ellos. Hace solo unos días, Davies establecía una nueva marca mundial incluida en el Libro Guinness al alcanzar los 204 km/h (127 mph) realizando un caballito en lo que los ingleses llaman 'highchair', es decir, sentado sobre el depósito de la moto con las piernas por encima del manillar.
La proeza tuvo lugar el pasado fin de semana en el aeródromo de Elvington, en York, en su larga y asfaltada pista de aterrizaje. Con este registro, Davies superó la marca anterior de 125.9 mph y, de paso, también recuperó un título que ya había ostentado en 2020 con una velocidad de 109 mph. El propio stunt rider dejó claro que tenía un "asunto pendiente" después de que su marca original fuera superada hace unos años.
El camino de JD Stunts hacia el récord no fue fácil. La jornada del sábado tuvo que ser cancelada debido a la lluvia, y el domingo el piloto tuvo que enfrentarse a condiciones meteorológicas poco favorable. “¡Es increíble haber batido otro récord! Las condiciones estaban lejos de ser perfectas, y el viento cruzado fue particularmente duro", declaró Davies tras la hazaña.
A pesar de las condiciones, Davies sabía que lo tenía todo bajo control: "Logré alcanzar más de 170 mph durante mis tandas de práctica de velocidad y 120 mph con caballitos normales, así que sabía que era posible, ¡simplemente apreté los dientes y lo di todo!”, explicó.
La moto elegida, una Kawasaki Ninja ZX-10R, fue modificada sustancialmente para el evento. Davies retiró por completo el carenado y la instrumentación, instaló un manillar recto y adaptó un sistema de frenos y cambio de marchas accesible desde dicha posición, para poder empalmar marchas con la mano. El cambio más significativo se realizó en el depósito de combustible, que fue rediseñado para ofrecer un asiento seguro al piloto a altas velocidades.
La jornada concluyó con un contratiempo que impidió a Davies mejorar aún más su propia marca. Tras el almuerzo, planeaba superar las 130 mph, pero la moto inexplicablemente no respondía a los intentos de levantar la rueda. La causa se descubrió horas más tarde: había activado por error el control de tracción, y la moto se negaba a hacer más wheelies.
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Los planes de futuro de Jonny Davies siguen apuntando a los libros de récords. Su próximo gran objetivo está fijado para 2026, cuando intentará batir la marca de velocidad pilotando hacia atrás, un récord de 151.7 mph que no ha sido superado desde 2002. "La Kawasaki Ninja ZX-10R no falló en ningún momento y ha sido la máquina perfecta para el intento, y estoy seguro de que volveremos a celebrar el próximo año cuando batamos el récord de pilotar hacia atrás", concluyó con optimismo.