
Por John Fernández@johnnyfumi |
¿Alguien se acuerda de Souo? Aquella marca china que fusiló a la Honda Gold Wing, pero a lo más bestia aún. Pues ha vuelto a sacudir el tablero... Y esta vez con su nueva S2000CT, la primera cruiser de producción en el mundo con un motor de ocho cilindros. Si el debut del año pasado con la S2000 ya dejó claro que los chinos no venían a jugar, ahora la marca da un paso más y se lanza al terreno de las custom gigantes con una propuesta que recuerda inevitablemente a la Honda Rune de hace dos décadas.
El corazón es el mismo: un motor bóxer de ocho cilindros de 1.999 cc, 151 CV a 6.500 rpm y 190 Nm de par a solo 4.500 vueltas. Todo ello gestionado por un cambio DCT de ocho marchas (más marcha atrás) que, de nuevo, supera en cifras al mismísimo Gold Wing. Souo no oculta su intención: quieren superar a Honda en cada especificación posible, y con este bloque de cuatro árboles de levas lo han dejado claro.
La gama llega en cuatro versiones bajo el código LH2000: las más radicales son la LH2000-3 y LH2000-4, monocasco de aluminio, horquilla delantera tipo Hossack disfrazada de telescópica y una estética inspirada en la Rune, con escape doble en corte oblicuo. La diferencia entre ambas: la “3” es monoplaza, la “4” añade asiento biplaza y estriberas para el pasajero.


Para quienes quieran más practicidad aparecen las LH2000-5 y LH2000-6, los llamados bagger, equipados con maletas rígidas y escapes rediseñados para no freír el equipaje. El “5” incorpora pantalla frontal, el “6” prescinde de ella para un aire más limpio. En cifras hablamos de auténticos mastodontes: 2,55 metros de largo, entre 891 y 941 kilos de peso según la versión, y una distancia entre ejes de 1,81 metros.
Detrás de Souo está el conglomerado Great Wall Motor, un gigante del automóvil que ya fabrica los MINI eléctricos para BMW. El proyecto es un capricho personal de su presidente Wei Jianjun, y aunque de momento las ventas se concentran en China, la presentación en CES Las Vegas y ahora en el salón CIMAMotor de Chongqing demuestra que los planes son globales.
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El precio en su mercado local parte de unos 30.000 dólares al cambio y puede rozar los 40.000 en ediciones especiales. Con los aranceles actuales, su desembarco en EE. UU. o Europa será complicado, pero Souo tiene músculo industrial para intentarlo. Y aunque su estética no convenza a todos, lo cierto es que han logrado lo que nadie más se había atrevido: poner un ocho cilindros en línea sobre dos ruedas y llevarlo a producción en serie.



Por John Fernández