Bruno Sánchez![]() Redactor |
Llevamos años oyendo hablar de la revolución eléctrica en las dos ruedas, pero para los que hemos crecido con el olor a gasolina, siempre ha faltado algo. Autonomías justas, pesos altísimos y tiempos de recarga que te invitan a leerte una novela. Pero de vez en cuando, ocurre algo que te obliga a levantar una ceja y prestar atención. Y eso es justo lo que acaba de pasar en Múnich. Cuando una marca como Ducati, con la historia que tiene, se mete en serio en un proyecto, más vale escuchar.
En el Salón IAA Mobility, un evento más de coches que de motos, el Grupo Volkswagen ha soltado la bomba. Han quitado la lona y allí estaba: una Ducati V21L, la bestia que ya conocemos del mundial de MotoE. Pero lo importante no era el carenado rojo, sino lo que latía en su interior. Por primera vez en la historia, una moto funcional ha sido equipada con la que muchos consideran la tecnología del futuro: una batería de estado sólido, desarrollada por los californianos de QuantumScape.
Detrás de este prototipo está el músculo industrial de PowerCo (la división de baterías de VW). Es el primer fruto visible de una colaboración de años y de una inversión que se cuenta en cientos de millones de dólares. Es, para que nos entendamos, la primera vez que la promesa de las baterías de estado sólido sale del laboratorio y se atornilla a un chasis de verdad.
Y aquí es donde la cosa se pone interesante para nosotros. ¿Qué significa "estado sólido" en nuestro idioma? Pues se acabaron los electrolitos líquidos y, con ellos, muchos de los problemas que lastran a las motos eléctricas actuales.
La madre del cordero es la densidad energética. Más chicha en el mismo espacio, o el mismo jugo en un paquete mucho más pequeño y ligero. Y todos sabemos que en una moto, el peso es el enemigo número uno. Hablamos de la posibilidad de tener autonomías de motores de combustión sin que la moto parezca un tanque, manteniendo un centro de gravedad bajo y una agilidad digna de una superbike.
Luego está el tema de la recarga. Según los datos de QuantumScape, su celda QSE-5 puede pasar del 10% al 80% en 12 minutos, es decir, el tiempo que tardas en parar en una gasolinera, tomarte un café y estirar las piernas.
Claudio Domenicali, el capo de Ducati, lo dejó claro, y sus palabras tienen todo el sentido del mundo: “En Ducati, tenemos una larga historia de superar los límites de la tecnología [...]. La alta densidad energética que se logra con la tecnología de estado sólido es un ajuste perfecto para un vehículo de alto rendimiento como una motocicleta deportiva”. En resumen: si la tecnología permite hacer una moto más rápida, más ligera y más eficaz, a Ducati le interesa. Sea eléctrica o de plutonio.
Por su parte, desde la cúpula del Grupo Volkswagen, Thomas Schmall lo ve como un paso estratégico: "La batería de estado sólido tiene el potencial de cambiar las reglas del juego [...]. Con la ‘Unified Cell’ (Celda Unificada) de PowerCo, hemos creado la combinación perfecta: está ‘preparada para el estado sólido’ y permite una rápida transferencia de tecnología a los vehículos del Grupo". Es decir, esto no es un experimento aislado con una moto, es el ensayo general para una ofensiva total que llegará también a los coches.
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¿Y ahora qué? Pues lo que a todos nos gusta: ¡a la pista! El siguiente hito será desarrollar una moto de carreras basada en este prototipo para exprimirla en circuito. Ahí es donde se verá de verdad de qué pasta está hecha esta tecnología. El objetivo final es tener una solución lista para la producción en serie antes de que acabe esta década.