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Álex Márquez atraviesa un momento complicado en MotoGP tras varios Grandes Premios por debajo de lo esperado, pero sigue defendiendo la segunda posición del campeonato. Su hermano Marc, líder sólido de la general, asegura que hará lo posible por echarle una mano en lo que resta de temporada.
El pequeño de los Márquez apenas sumó cuatro puntos en Hungría, con un octavo puesto en la Sprint y un 14º en carrera. Una penalización en parrilla y problemas con el freno motor de su Ducati GP24 condicionaron su fin de semana, que se suma a una racha en la que ha acumulado solo 50 puntos en las últimas cinco citas. La fractura en el dedo de la mano izquierda sufrida en Assen sigue marcando su rendimiento, con un margen que se ha disparado: de estar a 50 puntos de Marc antes del GP de Italia, ahora la diferencia asciende a 175.
El propio Álex reconoce que ese incidente cambió el rumbo de su temporada: "Esto es lo que más nos ha frenado. La lesión, la vuelta, no pilotar como antes porque me limitaba. En Austria fuimos rápidos hasta la carrera, cuando cumplimos la ‘Long Lap’. En Hungría ha sido un fin de semana aislado, en un circuito nuevo y nada favorable a mi estilo. No hay que entrar en pánico, volveremos a ser rápidos".
Marc Márquez, que brilló con autoridad en Balaton Park, tiene claro el diagnóstico y lanza un mensaje de apoyo a su hermano. "La lesión le hizo perder ritmo, en Brno aún arrastraba molestias y en Austria cometió un error que le penalizó. En Austria fue segundo en la Sprint y Hungría es un circuito anti-estilo para él. Ahora llega Cataluña y allí estará delante. Lo más importante es que sigue segundo en el campeonato", señaló el ocho veces campeón del mundo.
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Además, Marc no esconde sus planes de respaldo: "Trataré de ayudarle para que siga sumando el máximo de puntos posible, igual que él me ayuda a mí. Nos apoyamos cada fin de semana, desde la primera carrera".
