 Por John Fernández@johnnyfumi |
La exclusiva firma de customizaciones Bandit9 lo ha vuelto a hacer. Esta vez le ha metido mano a una Ducati Monster 821 y la ha transformado en una criatura de aluminio y carbono que parece salida de una película futurista. Solo fabricarán nueve unidades en todo el mundo, y cada una costará 44.900 dólares (unos 41.000 euros al cambio actual). No es para todos los bolsillos, pero tampoco es una moto para cualquiera.
El alma sigue siendo italiana: un motor bicilíndrico Testastretta de 821 cc, 110 CV a 9.250 rpm y 89 Nm de par a 7.750 rpm. Una mecánica sobradamente conocida por su entrega progresiva y carácter deportivo, heredado directamente del ADN Ducati. Pero todo lo demás es un espectáculo visual. El carenado completo de aluminio —que sustituye por completo la estética naked original— se fusiona con una parte trasera en fibra de carbono que envuelve el asiento del piloto como si fuera una cápsula de escape.
La ficha técnica también impresiona. Pesa unos 175 kilos en seco, lleva un asiento a 870 mm de altura y monta una horquilla Sachs de 43 mm (no ajustable) en el tren delantero, mientras que detrás se confía a un monoamortiguador Sachs con ajustes en precarga y rebote. En el apartado de frenos, nada se ha dejado al azar: doble disco delantero de 320 mm con pinzas Brembo monobloque radiales, y un disco trasero de 245 mm también firmado por Brembo. Una combinación bastante bruta... Pero precisa al mismo tiempo.
Bandit9 ha pulido hasta los detalles más pequeños, como el tapón de gasolina y las tapas de las botellas de la horquilla, ambos mecanizados y acabados en aluminio brillante. El resultado es una Ducati que ya no es una Monster: es una escultura de ingeniería con matrícula, lista para rodar y girar cabezas allá por donde pase.
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Ya se puede reservar desde la web oficial de Bandit9, aunque los tiempos de entrega rondan entre los seis y los doce meses. Normal: estas piezas únicas no se ensamblan, se cincelan. Cada unidad será, literalmente, una obra de arte sobre dos ruedas.
