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Si pensabas que en España ya se pagan suficientes impuestos para comprar (y mantener) una motocicleta, espera a ver el caso de Singapur. En nuestro país, cuando vas al concesionario y reservas la moto de tus sueños, ya sabes de antemano que tendrás que abonar un 21% de IVA, el impuesto de matriculación, transporte... por ejemplo, en el caso de una Honda Hornet 750, con un precio antes de impuestos que ronda los 6.600 euros, la factura final que pagaremos en el concesionario será de 8.030 euros.
Luego, con el paso de los años, tendremos que pasar la ITV de forma periódica y abonar anualmente el 'numerito' anual en nuestro Ayuntamiento. Hasta aquí la presión fiscal que tendremos que soportar sobre nuestra motocicleta. En países como Singapur, sin embargo, estas cifras suenan a chiste.
Allí existe un documento conocido como Certificado de Titularidad (COE) que el gobierno nacional tuvo que introducir en 1990 para controlar la cantidad de vehículos a motor que circulan por una isla en la que conviven más de 5,6 millones de personas.
Este certificado es personal a intransferible, y se debe abonar siempre que se compra una motocicleta nueva o de segunda mano. Su coste sigue la oferta de la ley y la demanda: cuanta más gente lo solicita, más sube, y así el Gobierno desincentiva la compra de más vehículos en una isla ya de por sí saturada por el tráfico.
Los chicos del canal de YouTube TRI333PLE, residentes en Singapur, lo explican en su último vídeo, y lo hacen además en tono de denuncia por el dineral que les cuesta mantener allí sus motos. Por ejemplo, un modelo muy popular allí, la Yamaha MT-15, arranca en un precio de 4.000 euros... hasta que empiezas a sumar los impuestos.
EL COE, por ejemplo, son 5.700 euros más, y hay que sumar otros impuestos y conceptos menores que elevan la factura de una simple Yamaha MT-15 hasta los 11.315 euros. Sí, lo que nosotros pagamos por una Yamaha MT-09 es lo que tiene que pagar un motorista de Singapur por una MT-15 de motor monocilíndrico, 150 cc y 19 cv de potencia.
Pero la broma no termina aquí. Cuando un ciudadano de Singapur se compra una moto, el COE no es permanente. Su duración es de solo 10 años, y una vez cumplido ese plazo, tiene que renovarlo otra vez o, de lo contrario, la moto será achatarrada.
El propietario puede hacerlo de dos formas: pagando 6.000 euros y conservar la moto otros 10 años, o bien renovar el COE por 5 años y pagar 3.000 euros, pero esta modalidad conlleva una gran desventaja: pasado ese lustro, la moto ya no podrá circular legalmente en Singapur, y su destino será el desgüace o la exportación.
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¿Te imaginas tener que pagar 6.000 euros de golpe cada vez que tu moto cumpla 10, 20, 30 años...? ¿O que te obliguen a achatarrarla 15 años después de su compra en el concesionario? Pues esta es la situación a la que se enfrentan miles de motoristas en Singapur, y algunos ya están hartos de esta excesiva presión fiscal a la que llevan sometidos desde tres décadas y media.