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Seamos sinceros. Más de una vez te has visto en un camino sin salida, sudando la gota gorda para dar la vuelta con tu moto, mientras tus colegas te miran con esa sonrisilla de "a ver cómo sales de esta". O quizás simplemente has flipado en redes sociales con ese vídeo de un tipo que gira una bestia de más de 200 kilos sobre sí misma como si fuera una bicicleta. Pues ese truco tiene nombre, y no, no es brujería: se llama "Elephant Turn".
Aunque suene a algo que solo los pilotos profesionales pueden hacer, la realidad es que el famoso giro del elefante es pura técnica. Y la buena noticia es que, con un poco de práctica y consejos valiosos, cualquiera puede hacerlo. Un vídeo reciente con una flamante BMW R 1300 GS como protagonista nos ha desmenuzado el proceso, demostrando que con un poco de maña y otro poco de valentía, podrías ser tú el próximo en dejar al personal ojiplático.
Olvídate de la fuerza bruta, aquí lo que manda es el coco y el control. Todo se basa en una secuencia de pasos que, si los sigues al pie de la letra, obrarán el milagro. El primer movimiento es, probablemente, el más importante y el que prepara todo el tinglado.
Todo empieza por los pies. El manual del buen "girador" dice que lo primero es: "Pon el pie muy lejos". No se trata de apoyarlo sin más, sino de clavarlo en el suelo como si fuera el ancla de un barco. Ese pie será el centro del universo sobre el que rotará tu moto, así que asegúralo bien. Es tu punto de apoyo, tu pivote sagrado.
Con el ancla echada, llega el momento de la verdad. Toca confiar en la física y en tu buen hacer. Gira el manillar a tope, hasta que no dé más de sí, aplicando un bloqueo de dirección y sin pensártelo dos veces, inclina la moto hacia el lado del pie que tienes en el suelo. Sí, da un poco de yuyu, pero es un paso crucial. Hay que vencer ese instinto que te dice que te vas a estampar.
BIG moment for @andreaiannone29🤯💥 #UKWorldSBK 🇬🇧 pic.twitter.com/Vg7Eqdn6hJ
— WorldSBK (@WorldSBK) July 13, 2025
Ahora que tienes la moto en la posición correcta, es el turno del motor. Aquí la delicadeza es la clave. Necesitas darle un puntito de gas, pero sin pasarte. La receta mágica habla de un 20 a un 40% de acelerador, en función del neumático y la superficie. Para que el derrape sea suave y no un desmadre, el truco está en el embrague. El consejo es: “Coge el embrague con un dedo”. Así controlas la potencia que llega a la rueda trasera y empieza el baile.
El gran final es cuando todo cobra sentido. No es solo la moto la que gira, ni eres tú empujando como un poseso. Es una combinación perfecta de fuerzas. La idea es que la fuerza de la pierna y la fuerza de la inercia juntas se alíen para completar la maniobra. Tu pierna es el compás y la inercia, controlada con el gas, hace el resto del trabajo.
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El resultado es una maniobra fluida, elegante y, para qué negarlo, increíblemente chula. Pero más allá de la vacilada, dominar el "Elephant Turn" es una herramienta súper útil para salir de atolladeros en la montaña o maniobrar en espacios donde un coche necesitaría una grúa. Así que ya sabes, ¡a practicar!