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Tras más de una década de batallas con los actuales prototipos monocilíndricos de 250 cc, la categoría pequeña del mundial se prepara para un cambio de era radical: la llegada de nuevos motores bicilíndricos de 500 cc, más potentes, más exigentes para los pilotos y, aquí viene la gran sorpresa, a un coste que será menos de la mitad del actual. Una transformación total que busca revitalizar la categoría y hacerla más sostenible y emocionante que nunca.
La idea de un cambio en Moto3 no es nueva. Desde hace años, voces autorizadas del paddock, como la del constructor de chasis Luca Boscoscuro, venían reclamando una revisión del reglamento. La actual fórmula de 250 cc, introducida en 2012, ha dado grandes campeones, pero con el paso del tiempo se ha estancado en una igualdad mecánica que, a menudo, genera carreras en grupo donde el talento puro queda diluido en el caos de los rebufos.
Además, el salto a las potentes Moto2, con sus motores tricilíndricos Triumph de 765 cc y 145 CV, se había vuelto abismal para los jóvenes pilotos que subían de unas Moto3 que rondan los 60 CV.
Ahora, según publica el portal italiano GPone.com, Dorna ha recogido el guante y ha diseñado una revolución con un doble objetivo: aumentar el desafío técnico y deportivo para los pilotos y, al mismo tiempo, reducir drásticamente los costes para los equipos. Una ecuación que, sobre el papel, parece casi imposible, pero que se sustenta en una decisión valiente y controvertida: la conversión de Moto3 en una categoría monomarca.
A partir de 2028, la categoría de Moto3 seguirá los pasos que ya dio Moto2 en su día y se convertirá en una copa monomarca, al igual que la actual MotoE. Esto significa el fin de la era de los prototipos puros en la categoría pequeña, una tradición que se remontaba a los orígenes del campeonato en 1949. Se acabará la lucha entre diferentes fabricantes de chasis y, sobre todo, la batalla técnica entre los dos gigantes que han dominado la categoría en los últimos años: KTM y Honda.
Aunque hasta el año pasado se barajaba la posibilidad de un motor único montado en diferentes chasis, la decisión final ha sido la de optar por una moto completa suministrada por un único fabricante. Dorna ya está trabajando en el pliego de condiciones para el concurso público, y se espera que el constructor elegido para suministrar las motos a toda la parrilla a partir de 2028 sea seleccionado a finales de este mismo año. El interés es máximo: gigantes como Honda, Yamaha, KTM y CFMOTO ya han mostrado su predisposición, e incluso Aprilia ha solicitado la documentación para estudiar el proyecto.
Esta decisión, aunque pueda entristecer a los más puristas, busca atajar de raíz uno de los grandes problemas de la categoría: el decreciente interés global por parte de patrocinadores, televisiones y espectadores. Una parrilla más igualada en términos de rendimiento puro, donde el talento del piloto marque aún más la diferencia, y unos costes drásticamente reducidos, son los argumentos de Dorna para revitalizar el primer escalón del mundial.
Y es aquí, en el apartado económico, donde la nueva Moto3 presenta su argumento más demoledor. Los números son, sencillamente, espectaculares. Mientras que en la actualidad (temporada 2025), un equipo puede llegar a pagar hasta 100.000 euros por un chasis completo de KTM u Honda, y el paquete de motores para toda la temporada asciende a 80.000 euros por piloto (de los cuales IRTA, la asociación de equipos, sufraga 70.000), el coste total de una moto competitiva ronda los 170.000 euros por piloto y año.
A partir de 2028, este escenario cambiará por completo. El suministrador único de las nuevas Moto3 de 500 cc solo podrá cobrar a los equipos un máximo de 45.000 euros por la moto completa. Y el paquete de motores (se estima que entre seis y siete unidades por temporada) tendrá un coste de solo 30.000 euros por piloto y año. En resumen, los equipos tendrán a su disposición una moto con el doble de cilindrada y unos 20 cv más de potencia por un coste total de 75.000 euros por piloto, ¡menos de la mitad que en la actualidad!
Esta drástica reducción de costes no solo aliviará la presión financiera sobre las estructuras existentes, sino que también podría atraer a nuevos equipos y patrocinadores, haciendo que la parrilla sea más sostenible y accesible a largo plazo.
El aumento de la cilindrada hasta los 500cc (probablemente con una configuración de motor bicilíndrico en V) y de la potencia hasta unos 80 cv, también responde a una necesidad deportiva. Como mencionábamos antes, el salto de la actual Moto3 de 250 cc a la Moto2 de 765 cc es enorme. Los pilotos que ascienden necesitan un largo periodo de adaptación a un aumento de potencia y peso muy significativo.
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La nueva Moto3 de 500 cc actuará como un puente mucho más lógico y progresivo. Reducirá la diferencia de cilindrada y prestaciones con la categoría intermedia, permitiendo que los jóvenes talentos lleguen a Moto2 mucho mejor preparados y que su adaptación sea más rápida y natural. Es un movimiento similar al que ya se hizo en 2019, cuando Moto2 pasó de los motores Honda de 600 cc a los actuales Triumph de 765 cc, un cambio que fue unánimemente aplaudido por su acierto.