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En un mundo donde parece que ya no quedan territorios por explorar, la audacia de algunos entusiastas del motor sigue abriendo caminos impensables. El último ejemplo proviene del canal de YouTube "Midwest MX", cuyo responsable ha fusionado el motociclismo de montaña con la espeleología en una nueva y arriesgada disciplina que podría bautizarse como "moto-espeleología". El escenario: las entrañas de una mina abandonada. La herramienta: una moto de cross eléctrica de última generación.
El vídeo comienza en un paisaje desolado, posiblemente una antigua zona industrial en algún lugar de Europa, que sirve de antesala a la verdadera aventura. Tras recorrer senderos al aire libre, el piloto detiene su Stark Varg EX ante la boca oscura de la mina, un portal a lo desconocido que intimida incluso a través de la pantalla.
Es en ese preciso instante de duda cuando el propio protagonista verbaliza el pensamiento de cualquier espectador. Con un tono que mezcla nerviosismo y excitación, se pregunta a sí mismo: "¿Qué estoy haciendo?".
La elección de una motocicleta eléctrica para una aventura de este calibre no es casual, es una necesidad absoluta. La ausencia total de emisiones de gases es el factor clave que permite la supervivencia en un entorno cerrado y sin ventilación, donde un motor de combustión tradicional habría convertido el aire en una trampa mortal en cuestión de minutos. Además, el funcionamiento casi silencioso de la Stark Varg le permite al piloto escuchar su entorno, detectar posibles desprendimientos y avanzar sin generar las vibraciones que podrían provocar un derrumbe.
Una vez dentro, la atmósfera cambia por completo. La única fuente de luz es el potente faro de la moto y la linterna del casco, cuyos haces de luz bailan sobre paredes húmedas y túneles que se pierden en una negrura impenetrable. La narración del piloto, recogida en la grabación, transmite la tensión del momento. "La luz del casco apenas ilumina unos metros... no tienes ni idea de lo que hay más allá", comenta mientras avanza con cautela. La sensación de aislamiento es total, un factor que eleva la peligrosidad de la expedición a niveles extremos.
No se trata de un miedo infundado. Las minas abandonadas son lugares notoriamente peligrosos, mucho más inestables que las cuevas naturales. El riesgo de colapso es constante, especialmente en galerías que no han recibido mantenimiento durante décadas. A esto se suma la amenaza del "aire viciado" —bolsas de aire con bajo nivel de oxígeno o gases tóxicos—, el peligro de inundaciones repentinas o la posibilidad de caer por pozos verticales ocultos por el agua o la oscuridad.
El piloto parece ser consciente de cada uno de estos peligros. "Cada charco podría ser un agujero sin fondo. Tienes que ir con un cuidado extremo", explica mientras maniobra con su moto sobre el terreno irregular y resbaladizo. El control preciso del acelerador y el freno que permite el motor eléctrico se convierte en su mejor aliado para superar los obstáculos sin cometer un error que podría ser el último. La tensión es palpable en cada metro que avanza.
Sin embargo, el momento más surrealista de la exploración no lo protagoniza una roca o un pozo, sino la inesperada aparición de vida humana. En medio de la oscuridad más absoluta y el silencio sepulcral, el piloto se topa de frente con otros dos exploradores que recorrían la mina a pie. El encuentro, tan improbable como sobrecogedor, rompe la soledad de la aventura y añade un giro casi cómico a una situación de alto riesgo.
Tras el insólito encuentro, el piloto continúa su avance por las estrechas galerías, demostrando una habilidad extraordinaria para maniobrar la motocicleta en espacios donde apenas hay margen de error. Pero a medida que se adentra más y más en la tierra, surge la pregunta logística definitiva, un desafío que parece insuperable: una vez que se llega al final de un túnel angosto, ¿cómo se da la vuelta a una moto para emprender el camino de regreso?
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El vídeo -que puedes ver a continuación- desvela el misterio durante los últimos minutos, y tiene mucho que ver con una de las características de la Stark: su marcha atrás.