![]() Síguenos en WhatsApp |
El paddock de MotoGP se encuentra en plena ebullición ante los insistentes rumores que apuntan a un posible deseo de Jorge Martín de romper su contrato con Aprilia un año antes de lo estipulado, presumiblemente para buscar un nuevo rumbo en 2026. Si esta situación llegara a materializarse, el vigente campeón del mundo no sería, ni mucho menos, el primer piloto de la era MotoGP en protagonizar un divorcio anticipado con su equipo. La historia reciente está repleta de casos donde los contratos firmados no llegaron a su término.
La falta de adaptación a una nueva moto o unos resultados por debajo de las expectativas han sido, en muchas ocasiones, el detonante. Inolvidable es el caso de Marco Melandri, quien tras brillar con Honda, firmó por Ducati en 2008 para ser compañero del campeón Casey Stoner, pero su aventura con la Desmosedici 800 cc fue un calvario que terminó con una rescisión de mutuo acuerdo antes de cumplir el segundo año. Años después, en 2015, su regreso a MotoGP con Aprilia también fue efímero, durando apenas ocho carreras sin sumar puntos.
Algo similar le ocurrió a Cal Crutchlow con Ducati en 2014, finalizando su vinculación un año antes para recalar en el LCR Honda. Más sonado aún fue el fichaje de Jorge Lorenzo por Repsol Honda en 2019; el "dream team" junto a Marc Márquez se truncó por lesiones y falta de resultados, llevando al mallorquín a una retirada prematura un año antes de finalizar su contrato. Y cómo olvidar la difícil etapa de Johann Zarco en KTM en 2019, solicitando su liberación a mitad de temporada incapaz de domar la RC16.
Otras veces, la decisión de no continuar parte del propio piloto, buscando nuevos horizontes o simplemente poniendo fin a su carrera. Colin Edwards decidió colgar el mono a mitad de su última temporada en 2014 con el Forward Yamaha. Andrea Dovizioso, tras un breve regreso, adelantó su retirada definitiva en Misano 2022, sin completar su acuerdo con el RNF Yamaha. Y el caso más paradigmático y reciente es el de Marc Márquez, quien pactó su salida de Repsol Honda a finales de 2023, perdonando el último año de su lucrativo contrato para buscar la competitividad perdida en el Gresini Ducati.
También hay situaciones en las que son los equipos los que ejecutan cláusulas o toman decisiones estratégicas que afectan a los pilotos. Sam Lowes vio cómo Aprilia prescindía de él en 2017 tras solo un año, pese a tener un contrato de dos, para hacer hueco a Scott Redding.
Karel Abraham se quedó sin sitio en Avintia para 2020 cuando el equipo decidió fichar a Johann Zarco. Y más recientemente, Pol Espargaró fue persuadido por KTM en 2023 para pasar de piloto titular en Tech3 GASGAS a probador, liberando así una plaza para el ascenso de Pedro Acosta.
Factores externos e imponderables también han provocado rupturas abruptas. Jonas Folger tuvo que abandonar su prometedora carrera con Tech3 Yamaha a finales de 2017 por problemas de salud que le impidieron volver en 2018. Andrea Iannone vio su contrato con Aprilia finalizado prematuramente en 2020 debido a una sanción de cuatro años por dopaje.
Y la relación entre Maverick Viñales y Yamaha llegó a un punto de no retorno a mediados de 2021, culminando en una rescisión inmediata tras el GP de Austria, a pesar de que inicialmente habían acordado separarse solo a final de temporada.
Leer también: Bautista espera una respuesta de Ducati
Por lo tanto, si la situación de Jorge Martín con Aprilia deriva en una salida antes de que concluya su contrato en 2026, se sumaría a una larga lista de precedentes.