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Cuando crees que ya lo has visto todo en el mundo de las motos personalizadas, llega Maxwell Hazan y sube la apuesta hasta niveles casi absurdos. El creador neoyorquino, conocido por transformar el metal en arte rodante, lleva más de una década esculpiendo joyas mecánicas con sus propias manos, y esta vez ha ido más allá del límite: ha metido un motor V8 de Ferrari en una moto.
Sí, como suena. Y no cualquier V8. Se trata del legendario propulsor de 3.5 litros de un Ferrari F355, capaz de escupir 375 caballos de potencia. Hazan, que ya ha impresionado al mundo con sus diseños retro y piezas únicas que bien podrían adornar un museo, se ha tirado de cabeza a su proyecto más salvaje hasta la fecha: la HF355.
Este motor, que entre 1994 y 1999 daba vida a uno de los deportivos más icónicos de Ferrari, solía llevar al coche hasta los 295 km/h. Ahora, con ese mismo corazón rugiendo en el interior de un chasis completamente artesanal y, sobre todo, muchísimo más ligero, la cosa promete ponerse seria. O directamente desquiciada.
Maxwell no es nuevo en esto de romper esquemas. Ya lo demostró con su Saltshaker, una bala diseñada para surcar las Salinas de Bonneville, con la que alcanzó los 350 km/h. Pero la HF355 va más allá de lo radical: es directamente una declaración de guerra a todo lo establecido en el mundo de la personalización.
Desde hace meses, Hazan ha ido dejando pistas en su cuenta de Instagram, donde se puede ver cómo esta locura va tomando forma. El chasis está hecho a mano, por supuesto. Lleva horquilla delantera invertidas, semi-manillares muy bajos, frenos potentes, guardabarros ajustadísimos, un escape SC Project que emana un sonido celestial y un neumático trasero de competición digno de una MotoGP.
Y eso no es todo. También ha mostrado el proceso de fabricación del depósito de aceite, una de esas piezas que en sus manos deja claro que cada componente de esta moto es una obra en sí misma, sin piezas prefabricadas ni soluciones genéricas.
La HF355 está ahora en fase de mapeo y pruebas. Aún falta parte del carenado, el panel de instrumentos y ajustar la ergonomía para que, además de brutal, sea pilotable. Hazan se ha marcado el reto de mantener el peso por debajo de los 226 kilos, lo que convertiría a esta máquina en algo más que manejable si se tiene en cuenta que esconde más motor que cualquier moto de producción actual.
La HF355 no está pensada para salir a dar una vuelta a comprar el pan. Cuando esté terminada, será una pieza única, una sinfonía mecánica en la que cada explosión del motor de Ferrari retumbará como una ópera a cielo abierto. Es probable que ni siquiera se vea en las calles, sino en alguna colección privada, pero lo que está claro es que este proyecto ya ha escrito su página en la historia del custom.
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Y llega el mejor momento, ¿quieres escuchar el rugido del motor V8 Ferrari? Aquí lo tienes.
