![]() @todocircuitoweb |
Steve Mercer es uno de esos nombres que resuenan con fuerza entre los aficionados al TT de la Isla de Man. No por títulos, sino por una historia que marcó un antes y un después en la seguridad de la mítica carrera. Siete años después de aquel fatídico 30 de mayo de 2018, cuando su vida cambió para siempre, Mercer ha vuelto a ser noticia... y esta vez, por una razón que destila esperanza. El piloto británico ha compartido una imagen suya en silla de ruedas, posando junto a una flamante Honda Fireblade de 2021, y anunciando su intención de volver a rodar, adaptaciones mediante.
Para entender la dimensión del momento hay que remontarse a mayo de 2018. Mercer, entonces con 36 años, se encontraba en plena sesión de clasificación del TT cuando se ondeó una bandera roja tras el accidente mortal de Dan Kneen. Como dicta el protocolo, los pilotos se detuvieron en el trazado. Lo que no debería haber ocurrido nunca es lo que pasó después: un comisario les autorizó a regresar al Grandstand por el Mountain Course... en dirección contraria. El circuito ya estaba oficialmente cerrado, pero no vacío.
Mientras Mercer y otros pilotos circulaban de vuelta, un coche de la organización —un Honda Civic Type R— se desplazaba a gran velocidad por la trazada habitual para socorrer a Kneen. La colisión frontal con Mercer se produjo a la altura de Ballacrye. El impacto fue devastador: fractura de laringe, pelvis, tobillo, talón, hueso del fémur desplazado, vértebras dañadas, trauma craneal con lesión cerebral... y desde entonces, Steve permanece en silla de ruedas.
El accidente puso en evidencia graves fallos en el protocolo de seguridad del TT, y a raíz de aquel suceso se modificaron las normas: desde entonces, ningún piloto puede circular en dirección contraria bajo bandera roja sin estar escoltado por vehículos de la organización.
Seis años más tarde, en mayo de 2024, Mercer alcanzó un acuerdo extrajudicial con los organizadores del TT. La ACU (Auto-Cycle Union) reconoció públicamente la responsabilidad del error del marshal que autorizó la maniobra. “Hubo una admisión de responsabilidad”, se declaró ante el tribunal.
Por otro lado, el conductor del coche implicado, Shaun Counsell, también llevó su caso a los tribunales por secuelas psicológicas del accidente y afirmó: “De no ser por mis acciones aquel día, Mercer no estaría aquí hoy” recordando que él fue el primero en socorrer al piloto tras el brutal impacto.
Pero Steve no ha querido que ese accidente defina su historia. Hace solo unos días, sorprendía a todos con una publicación en la que mostraba su nueva compañera de dos ruedas: una Honda CBR1000RR-R Fireblade SP 2021. Y lo hacía con un mensaje que es pura emoción: “Honestamente no puedo poner en palabras lo bien que se siente esto. Acabo de comprar esta Fireblade 2021 y siento que he alcanzado un hito enorme. No he estado en una Superbike durante 7 años, pero siempre he creído que algún día volveré a montar. Ciertamente, no iba a dejar que ese accidente en 2018 terminara con todo”.
Su plan inicial es hacer una jornada de pista en Brands Hatch, circuito que conoce bien, y cerrar así un capítulo a su manera. Aunque deja abierta la puerta a algo más: “No sé adónde me llevará esto, si será solo una salida para terminar como yo quería o si volveré a rodar con frecuencia. Tengo que hacer algunos cambios, como instalar un cambio rápido en el manillar, buscar un sistema para fijar los pies en los reposapiés y conseguir equipamiento adaptado. Pero una vez tenga todo listo, voy a reservar en Brands Hatch”.
Leer también: Este crack hace circuitos de carreras de MotoGP... ¡con perchas de ropa!
Las reacciones no se hicieron esperar. Su perfil se llenó de mensajes de apoyo: “Nada te detiene, Steve, eres una leyenda”, escribió un seguidor. Otro añadía: “Eres una inspiración para todos, no solo para los que montamos en moto”. De momento, el plan es simple pero poderoso: adaptar la moto, equiparse y volver a sentir lo que solo se vive sobre dos ruedas. Porque si algo ha demostrado Steve Mercer, es que incluso después del golpe más duro... todavía se puede dar mucho gas.