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Otra marca independiente se suma a la lista de fabricantes que no han logrado sobrevivir a las turbulencias del mercado. Esta vez, el golpe ha sido en el Reino Unido, donde Mutt Motorcycles, conocida por su enfoque rebelde y por dar vida a motos ligeras con estética café racer y scrambler, ha cesado su actividad y entrado oficialmente en administración.
Con sede en Kings Norton, Birmingham, Mutt llevaba años ganando presencia en el segmento de motos de baja cilindrada. Su catálogo se centraba en modelos de 125, 250 y 400 cc, todos ellos con un diseño muy marcado y enfocados a un público que buscaba algo diferente, sin renunciar a la accesibilidad. El objetivo de Mutt era claro: ofrecer una alternativa estilizada a las motos urbanas convencionales, manteniendo un carácter custom con precios contenidos.
Sin embargo, eso no ha sido suficiente para mantener la empresa a flote. Según el comunicado emitido por los administradores designados, David Shambrook y Matthew Haw, del grupo RSM UK Restructuring Advisory LLP, la empresa ha sufrido “un periodo de actividad comercial muy complicada debido al descenso en la demanda del mercado”. A esto se suman “importantes presiones financieras” que impidieron a la compañía encontrar la financiación necesaria para continuar operando.
El pasado 3 de marzo de 2025, la firma fue puesta bajo administración concursal. Desde entonces, las instalaciones de la empresa en Lifford Lane han echado el cierre y la gran mayoría de sus 18 empleados han sido despedidos. Una situación difícil para una marca que, en su momento, consiguió captar una base de clientes fieles y que llegó a posicionarse como una referencia dentro del mundo del café racer accesible.
Mutt había logrado diferenciarse en un mercado saturado de motos pequeñas, ofreciendo modelos que parecían salidos de un taller de personalización, pero listos para rodar desde el concesionario. Su estrategia de branding, muy cuidada y con una estética underground, se apoyaba también en una fuerte presencia online y en eventos especializados. A diferencia de otras marcas de baja cilindrada, Mutt no buscaba simplemente vender motos baratas, sino productos con alma y personalidad.
Pero los tiempos han cambiado. La bajada en la demanda de motos de pequeña cilindrada, sumada al encarecimiento de los costes logísticos y de producción, ha dejado a Mutt sin margen de maniobra. “No pudo asegurar la financiación necesaria para seguir operando”, señalaron los administradores.
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Pese al cierre, aún hay una pequeña posibilidad de que la marca no desaparezca del todo. Según diversas informaciones, existen interesados en adquirir tanto el stock de motos y repuestos como los derechos sobre la marca. Si esas negociaciones llegan a buen puerto, Mutt Motorcycles podría resurgir bajo una nueva dirección. De momento, no hay confirmación oficial, pero hay movimiento en el entorno del proceso concursal.
