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Hay motos, motos míticas, y luego está la Honda RS500R que, desde 1984, ha sido el orgullo y joya de la corona de Peter Linden, un ex piloto de combate y campeón sueco de motociclismo. Ahora, tras casi cuatro décadas de historias y rugidos en circuitos, esta maravilla de tres cilindros y 500 cc está buscando un nuevo dueño. Sí, esto es tan raro como ver un unicornio en tu garaje.
Peter Linden no es un coleccionista cualquiera. Además de ser un piloto de combate experimentado, ha demostrado que su obsesión por la precisión se tradujo perfectamente a las dos ruedas. Compró esta RS500R en 1984 y, desde entonces, la ha cuidado con un mimo digno de museo. Esta máquina ha sido parte de campeonatos nórdicos, europeos y mundiales, compitiendo contra nombres como Rainey, Schwantz, Doohan y compañía.
Por supuesto, la moto que empezó su vida como una simple Honda RS500R de fábrica no es la misma que se sube hoy al escenario de subastas. Tras las primeras carreras, Linden identificó mejoras necesarias y convirtió esta moto en un monstruo de la competición.
El primer cambio significativo fue la instalación de un amortiguador Öhlins prototipo, el primero de su tipo diseñado para esta moto. Más tarde, llegó el turno del chasis: un Nikko Bakker twin-spare de aluminio que ofrecía una rigidez y manejo incomparables, tanto que Honda "se inspiró" en él para sus modelos de 1987.
Luego vino la joya de la corona: un motor de 1987 equipado con el sistema ATAC (Auto-Controlled Torque Amplification Chamber), que amplió el rango útil de revoluciones en 500 rpm y le dio la capacidad de hacer caballitos a 200 km/h… ¡en cuarta marcha! Este motor costó más que la moto original, pero ¿acaso un campeón mide en euros cuando está ajustando el grial de las dos ruedas?
Con esta configuración, la RS500R de Peter acumuló títulos y trofeos. Fue campeona nórdica en 1985 y 1986, y sueca en 1986, 1987 y 1988. Además, destacó en el campeonato europeo de 500 cc en 1989, enfrentándose en el proceso a gigantes del motociclismo como Rainey y Schwantz. Pero la historia no acaba ahí: esta moto también participó en 32 rondas del Gran Premio entre 1984 y 1991, rugiendo en un total de 21 circuitos distintos durante ocho años. Cada carrera dejó en la moto pequeñas cicatrices de guerra, como daños menores en los escapes y tapas de horquilla, pero nada que altere la integridad de esta leyenda.
Además de la moto en sí, el ganador de la subasta se llevará un auténtico arsenal de accesorios. Un carenado nuevo, una pantalla y un asiento sin perforar forman parte del pack, junto con una gran cantidad de repuestos, como juntas, piñones, escapes, pastillas de freno y herramientas específicas. Por si fuera poco, también incluye toda la documentación de mantenimiento, datos sobre las relaciones de marchas usadas y notas sobre cada circuito en el que compitió.
El motor tampoco decepciona. Aunque esta moto lleva décadas retirada de las pistas, Peter ha mantenido todo en perfecto estado: el cigüeñal tiene solo 382 kilómetros, los pistones 17,1 kilómetros y el cárter suma apenas 9.646 km, todos ellos documentados. Esta Honda no solo es historia; está lista para seguir rugiendo si el nuevo propietario se anima.
La puja actual en Iconic Motorbikes se sitúa en 35.100 dólares (unos 32.100 euros al cambio actual) y la subasta cierra el 21 de diciembre. La moto está en Lidköping, Suecia, y se entrega con un Bill of Sale, es decir, solo se firmaría un contrato de compra-venta, sin documentación de calle ni otro documento al ser una moto sin registrar.
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