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Si pensabas que la Honda Gold Wing ya era el Rolls Royce de las motos touring, prepárate para un nivel de tecnología que parece sacado de una peli de ciencia ficción. Según las últimos patentes a las que ha tenido acceso cycleworld.com, la próxima generación de esta mítica moto llegará equipada con lo último en sensores: cámaras, radares y hasta LIDAR. Sí, ese mismo sistema que usan los coches autónomos para "ver" su entorno.
Mientras que marcas como BMW, Ducati o KTM ya han lanzado modelos con radares desarrollados por proveedores como Bosch, Honda se ha tomado su tiempo. En lugar de comprar un kit estándar, la marca japonesa ha decidido desarrollar su propio sistema desde cero. Claro, esto es más caro y lleva años de investigación, pero también les permite integrar estas tecnologías de manera mucho más profunda en el diseño y funcionamiento de la moto. ¿Resultado? Una Gold Wing que podría convertirse en el estándar tecnológico de las motos touring.
La idea detrás de la nueva Gold Wing es simple: que el piloto tenga ojos en todas partes, incluso donde no puede mirar. Para lograrlo, Honda combina tres tecnologías principales: radar, cámaras y LIDAR. Cada una tiene sus puntos fuertes y débiles, pero juntas se complementan a la perfección. El radar es ideal para detectar objetos en la oscuridad o a través de la niebla, aunque no es el mejor para definir detalles.
Las cámaras, por otro lado, captan colores y leen señales de tráfico, además de interpretar luces de freno, aunque no son muy útiles en condiciones de poca luz. El LIDAR, que funciona con un sistema láser, puede crear un mapa tridimensional detallado del entorno, pero tiene problemas en largas distancias o bajo clima extremo.
Honda procesa toda esta información en un cerebro computacional que analiza los datos en tiempo real para construir una visión de 360 grados alrededor de la moto. Esto permitirá a la Gold Wing implementar funciones avanzadas como control de crucero adaptativo, frenado automático de emergencia y asistencia de mantenimiento de carril, llevándola a otro nivel en términos de seguridad y comodidad.
Uno de los aspectos más llamativos de la patente es cómo Honda aborda el problema de los ángulos muertos. En lugar de limitarse a las típicas luces de advertencia que indican que hay un vehículo en tu punto ciego, el sistema ajusta las advertencias en función de la velocidad. A baja velocidad, las luces de advertencia aparecen en los espejos exteriores, donde el piloto tiene un campo de visión más amplio y puede reaccionar rápidamente.
Sin embargo, a medida que aumenta la velocidad y el piloto tiende a mirar más hacia adelante, las luces de advertencia se desplazan hacia los soportes de los espejos o incluso al tablero.
Aunque nadie lo diría en voz alta, el desarrollo de estos sistemas abre la puerta a un futuro con motos semiautónomas. Funciones como la frenada automática o la asistencia en curvas podrían ser el inicio de algo más ambicioso. ¿Una Gold Wing que prácticamente se conduzca sola? Quizás no en esta generación, pero la tecnología está avanzando rápido.
Aquí llega la gran pregunta: ¿cuándo veremos esta maravilla en el mercado y cuánto costará? Por ahora, Honda no ha soltado prenda, pero considerando que el LIDAR y otras tecnologías aún tienen precios elevados, es lógico pensar que esta Gold Wing será una de las motos más caras del mercado. En Europa, el modelo actual ya supera los 30.000 euros, así que no sería descabellado que la nueva versión ronde los 35.000 euros o más.
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Eso sí, este precio incluirá no solo un sistema de entretenimiento de primera, asientos calefactables y una capacidad de carga digna de una minivan, sino también un arsenal tecnológico que hará que cualquier coche de lujo parezca anticuado.