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 Por John Fernández @johnnyfumi |
Antes que Jorge Martín pusiera contra las cuerdas a Pecco Bagnaia con un equipo satélite, ese mérito le corresponde antes a Franco Morbidelli. El italiano hizo una temporada 2020 de lujo, pero una serie de circunstancias provocaron que perdiese la lucha por un mundial que parecía en favor de Joan Mir.
Al lado de Morbidelli estaba entonces Ramón Forcada, el técnico del italiano. La pérdida se podría resumir en la siguiente frase: culpa del ego de los japoneses, y el tema de las presiones. Es lo que ha contado Forcada en el podcast de Jorge Lorenzo, ‘DURALAVITA’. “Llegó un momento en 2020 cuando se empezó a hablar de las presiones”, arrancaba el técnico español.
A través de una comparativa inicial, Forcada introduce el tema de las presiones: “El tema de Ducati y de los japoneses, la mentalidad de los italianos es que, las cosas si no están prohibidas, están permitidas. Los japoneses dicen que, si las cosas no están prohibidas pero me aconsejan no hacerlas, por educación no las hago”. Eso, para Forcada, no es algo excesivamente bueno, justificando que “en competición no puedes ir con el lirio en la mano porque los demás no van, y no tienes las mismas armas”.
Forcada se remonta a 2020, cuando ganaron una “carrera en Aragón con Morbidelli, y estábamos a 0,01 de la presión recomendada”. Según narra, “Michelin dijo que eso era perfecto, cuando solo era una recomendación. El director técnico, Michelin, todos, dijeron que era perfecto porque iba con la presión constante”. Sin embargo, había alguien que no estaba de acuerdo con eso: “Al señor japonés le pareció que no era elegante porque la recomendación estaba al límite”.
Entonces, en la segunda carrera cambiaron las tornas: “Segunda carrera de Aragón, todo igual, Morbidelli motivado a tope, y viene el señor japonés y dice que ‘ahora las presiones las haremos nosotros porque tú estás haciendo trampas’. Cuidado”, avisa Forcada. Y así acabó pasando que los japoneses tomaron el control de la presión de los neumáticos, y llegó la debacle: “Hicieron la presión, nos fuimos 0,15 por encima y terminó séptimo. Ahí perdimos el mundial”, sentencia el técnico.
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Habiendo trabajado muchos años en el box de los nipones, y de mano de muchos pilotos y mundiales bajo su brazo, Forcada admite que “los japoneses tienen ego, y cuando lo aplicas a la competición, como tú te enfrentas al otro, o haces lo mismo que el otro o un poco más, o nada”.
