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Ya sabemos que para ir a rodar a Nürburgring Nordschleife en moto hay que tener agallas, y unas cuantas. No en vano, al trazado germano se le apoda el ‘Infierno Verde’ por varios motivos: desniveles, baches, curvas peligrosas, escapatorias en moto prácticamente pegadas a pie de pista… Un error y puedes estar condenado.
A pesar de ello, muchos motoristas se juegan el pellejo para sacar alguna joya audiovisual como la de hoy. Nuestro protagonista es “NBR_SK”, un aficionado que se ha hecho hueco a base de un tiempazo en el ‘Infierno Verde’. Se ha quedado a no demasiados segundos del récord en moto del trazado, para acabar 2023 por todo lo alto. Un compendio de agallas y una superbike que, sin ser la mejor, demuestra que ese dicho popular de ‘no es la flecha, es el indio’, se cumple en muchas ocasiones.
Pero es que la situación es todavía más meritoria cuando conocemos su moto. Su montura es una Kawasaki ZX-7R Ninja 1996. ¿Y por qué tiene mérito? Pues porque hablamos de una superbike que en sus tiempos no tenía control de tracción, ni cambio rápido, ni ABS, ni ninguna otra cosa que requiera electrónica. Solamente la habilidad del piloto es lo que impera sobre la máquina de Akashi, y lo dice él mismo.
“Pura moto”, menciona el hombre en la descripción del vídeo. Y aunque admite que “la perspectiva de la cámara no es lo mejor”, lo importante es el contenido. 8 minutos de pura emoción en la que se la juega en cada ápice de cada curva con la moto japonesa.
El tiempo final fue de 7 minutos y 51 segundos. No es del todo una mala referencia teniendo en cuenta que el récord en moto registrado allí en Bridge to Gantry (del primer puente al último cartel) está en 7 minutos y 10 segundos. ¡Solo 41 segundos de diferencia con una moto sin ningún tipo de ayuda electrónica! Aunque tampoco es que le sacase mucha diferencia a la moto del récord, una Yamaha R1 de 2007.
¿Ante qué tipo de máquina estamos? Por contextualizar, la Kawasaki ZX-7R Ninja de 1996 era una bestia sin igual. Una moto que, sin llegar a triunfar, fue una ganadora. Y es que sobre el papel tenía 20 cv menos que sus rivales (GSX-R 750, por ejemplo), ni la más ligera (24 kilos más). Entonces tenía un bloque tetracilíndrico con una pareja de entradas de aire en el frontal que llegaba a los 110 CV a casi 12.000 revoluciones.
Teniendo en cuenta que no es la mejor superbike de la época, ya nos gustaría ver a este aficionado montar una superbike moderna, con más potencia y menos peso. El hombre se ha aficionado a entrar a Nürburgring y grabarse, y en su canal solo tiene tres vídeos; los tres con la misma moto.
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Así que mientras tanto, te dejamos disfrutar de esta joya de récord sobre una máquina de las que ya no quedan. ¡Ponte cascos y gózala tanto como él sobre la Ninja!:
