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Pecco Bagnaia dijo en Le Mans que MotoGP debería recuperar la brecha que existía antiguamente entre las motos oficiales y satélite en pro de la seguridad de los pilotos. El de Ducati fue crítico con la alta siniestralidad que está sufriendo la categoría reina este año, especialmente durante las primeras vueltas de cada carrera, cuando la mayoría de pilotos arriesgan más de lo necesario para ganar posiciones antes de que todo el mundo consolide su ritmo y sea más difícil recuperar terreno.
El vigente campeón del mundo de MotoGP señaló en Francia que últimamente "los accidentes ocurren más en las primeras vueltas de la carrera porque hay demasiada agitación", señalando a aquellos pilotos "intentan ganar ya desde la primera vuelta, incluso aquellos que no tienen ese potencial para ello e intentar pasar a seis pilotos en una vuelta".
Para Bagnaia, el hecho de que todas las motos de la parrilla tengan ahora el potencial necesario para vencer va en contra de la propia seguridad de los pilotos, multiplicando las situaciones de riesgo; por eso, el de Turín lanzó una idea y dijo que echaba en falta "esas 6 o 7 décimas de diferencia que había antes entre las motos de fábrica y las motos satélites" que servían precisamente "para limitar los accidentes", abogando por "volver a tener un poco de distancia entre las motos de fábrica y las satélites".
Las declaraciones de Pecco no tardaron en llegar a oídos de Hervé Poncharal, uno de los team managers más veteranos del paddock, siempre al frente de su estructura satélite del Tech 3. El directivo francés charló con Paddock-gp.com sobre esta propuesta lanzada por Pecco Bagnaia, una idea que "le sorprendió" viniendo de alguien que "es respetable, que le tengo mucho respeto y admiración, y que siempre es bastante tranquilo en sus comentarios".
Poncharal, siempre sincero, opina que la idea de recuperar la brecha que existía entre motos de fábrica y satélite "podría decirse que es una gilipollez enorme, porque Pecco Bagnaia, como cualquier piloto, viene de Moto3, pasó por Moto2, llegó a MotoGP en un equipo independiente que puedes llamar privado o satélite, puedes llamarlo como quieras, y él estaba contento de tener una moto de altas prestaciones que le permitía hacerse notar. Y luego, a medida que progresaba en esta categoría de MotoGP, le ofrecieron una moto de fábrica, que es un poco el camino soñado que todo piloto con talento quiere tener".
Al patrón del GASGAS Factory Team le sorprende que Pecco realice esta propuesta después de haber crecido en MotoGP con una Ducati satélite que le permitió asomar la cabeza y destacar antes de pasar al equipo oficial: "Qué sorpresa para mí, cuando él se beneficiaba de este sistema, cuando podía disponer de motos con potencial en estructuras independientes, leer que sería bueno que hubiera 6 ó 7 décimas por vuelta decididas por los ingenieros de los fabricantes presentes en la parrilla de MotoGP, para que las motos de los equipos privados se caparan en 6 ó 7 décimas por vuelta".
Poncharal ha sido una de las personas que más han luchado "con Dorna, con la FIM y con la MSMA" para lograr que las fábricas de MotoGP "nos dieran motos punteras" con el fin de "promover a los pilotos más jóvenes, tener una política deportiva digna de ese nombre, tener más feedback, lo que llamamos el feedback de más pilotos. Y al final terminamos con casi todas las motos que estaban en pista siendo motos de fábrica del año en curso, excepto algunas Ducatis que son del año anterior pero que siguen siendo muy buenas".
Más allá de la igualdad y el espectáculo que ofrece el MotoGP actual, Poncharal recuerda que gracias a la competitividad de las motos satélite, los equipos independientes pueden seguir atrayendo a nuevos patrocinadores decesos de ver su marca en el podio: "Después de casi 15 años de trabajo para hacer entender a la gente que la situación que acabo de mencionar era la situación ideal para que pudiéramos tener un gran espectáculo y para que todos los actores, hablo también de los equipos, pudieran vivir decentemente, pudieran pagar decentemente a sus mecánicos y a sus pilotos. También se olvida de eso, porque si no tenemos resultados, no tenemos patrocinadores, no pagamos a nuestros pilotos, y cuando él llegó a MotoGP en un equipo independiente, estaba contento de ser tratado como un piloto profesional con mecánicos que eran profesionales".
Hervé le aconseja a Pecco "dar siete vueltas a la lengua en la boca antes de decir una estupidez" como la que espetó en Le Mans, una propuesta que tilda de "antideportiva" porque va en contra de lo que Poncharal entiende como la base de cualquier deporte, "el respeto y la equidad" apunta.
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"Es una falta de respeto, una vez más, no capar, sino penalizar. Además, dio las cantidades de la penalización, de 6 ó 7 décimas, en su gran indulgencia, no habló de un segundo", ironiza el patrón del Tech 3, convencido de que las palabras de Bagnaia tampoco habrán sentado bien en las filas del equipo satélite ducatista VR46 Mooney Racing Team: "Esto es una falta de respeto incluso para sus colegas de VR46. Estaría bien que hablara de ello con Bezzecchi", concluye Poncharal.