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A sus 37 años, Álvaro Bautista es uno de los pilotos españoles que más años lleva compitiendo en activo. Su título mundial en Superbikes la pasada temporada fue solo le guinda a una carrera que se remonta a las minimotos, año 1995, cuando se proclamó campeón de Madrid. Poco a poco fue ascendiendo: Copa Aprilia de 50 cc, compartiendo puesto con Jorge Lorenzo, Copa MoviStar Activa… Ahí van una serie de curiosidades que el WorldSBK ha sacado a relucir sobre el talaverano.
El dorsal #19 es inconfundible, siempre ligado al piloto de Talavera de la Reina. Como cada piloto, el número tiene un motivo, un porqué. En este caso, Bautista lleva el 19 porque es un número que han llevado otros pilotos que ganaron mundiales, y pensó que le traería suerte. Por ejemplo, Freddie Spencer en 1985 o John Kocinski en 1990.
En sus años en el CEV estuvo a punto de tirar la toalla por un tema económico. Su hermana le dio dinero entre su etapa en el CEV y 125 cc, hasta que finalmente consiguió una buena plaza y empezó a ganar dinero. Años después, Álvaro le devolvió el dinero prestado a su hermana.
De motos… Y de fútbol, porque Álvaro es profeso seguidor del Atlético del Madrid. De hecho, lució en uno de sus carenados los colores del equipo en el CEV con una Aprilia. Incluso colocó el 9 en su moto en honor a Fernando Torres.
¿Profesión frustrada? Si el español no hubiese sido piloto, le hubiese gustado haber sido mecánico, y que la cocina es uno de sus talentos ocultos. Como buen piloto de Ducati, italiana, uno de sus platos con los que más mano tiene son los gnocchi quatri formaggi, y ama la carcamusa, un guiso tradicional español, de Toledo.
¿Su piloto favorito? Carl Fogarty, piloto inglés también conocido como 'Foggy' que corrió en el Mundial de Motociclismo y en el de Superbikes, siendo uno de los más exitosos en todos los tiempos en número de campeonatos y carreras ganadas, aunque superado por Jonathan Rea en 2019.
Muy asiduo a peinados fuera de lo común, Bautista prometió cortarse el pelo al final de temporada si ganaba el mundial, pero sigue luciendo las trenzas vikingas. En 2018, cuando corrió su última carrera en MotoGP antes de asaltar el WSBK con Ducati, se tiñó el pelo de morado.
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Otro de los momentos más icónicos de la carrera de Bautista fue el incidente que tuvo cuando se puso a hacer un caballito en Brno 2009, cuando corría en 250 cc. Se le fue la fuerza y acabó arrastrado por los suelos.