 Redacción @todocircuitoweb |
La de Australia era una cita especial para Joan Mir. El balear regresaba al paddock de MotoGP tras haberse perdido las últimas cuatro carreras a causa de la lesión que sufrió en un tobillo durante el Gran Premio de Austria, en el mes de agosto; después de un largo parón de ocho semanas, el piloto español volvía a subirse de nuevo a su Suzuki GSX-RR en Phillip Island, una pista que siempre le ha gustado al #36.
La carrera no empezó nada mal para Mir considerando que partió desde la 14ª posición de salida tras un mal sábado. El balear remontó siete posiciones en las cuatro primeras vueltas hasta alcanzar la séptima plaza, exhibiendo en ese momento un sólido ritmo que invitaba a pensar en un posible podio para para Joan, pero sus aspiraciones se empezaron diluir a partir de la quinta vuelta, cuando notó que algo no iba bien en sus neumáticos.
A partir de ahí, el de Suzuki fue perdiendo posiciones a una velocidad alarmante, viendo la bandera a cuadros en una incomprensible 18ª plaza. Desde fuera, parecía que Mir podía estar acusando ciertos problemas físicos fruto de su última lesión, pero nada más lejos de la realidad: un manómetro defectuoso hizo que sus mecánicos le hincharan los neumáticos muy por encima de la presión recomendada por Michelin, y en cuanto subieron de temperatura y la presión interna se incrementó, su moto se volvió prácticamente ingobernable.
"No tenía agarre en la rueda trasera y la sensación en la delantera tampoco era nada buena", lamentó Joan al término de la carrera. "Al final, el neumático se destruyó. Tenía muchísimo 'spinning' en la rueda trasera. Tuve que poner el control de tracción al máximo. Noté el problema después de la vuelta cuatro, cuando todos me adelantaron en la recta. Nuestra moto suele ser buena a máxima velocidad, pero perdía mucho acelerando en la última curva"
El español "ya notó algo en la primera vuelta", una sensación que fue empeorando a medida que iba avanzando la carrera: "Ya en la primera vuelta, sentía algo extraño. Pensé que tal vez era porque el neumático todavía está frío. Pero empeoró vuelta tras vuelta. Me cabrea mucho que todo esto se deba a un manómetro".
Nada más regresar a su garaje, Joan se sentó con sus mecánicos para intentar arrojar algo de luz al problema, y en cuanto repasaron la telemetría y la presión de las gomas, vieron que algo iba mal antes incluso de darse la salida: "Cuando regresé a boxes, me quejé de que algo andaba mal con los neumáticos. El equipo revisó los datos y encontramos que la presión de los neumáticos era demasiado alta. Ambos neumáticos se vieron afectados, el trasero un poco más. Descubrimos que había un problema con el manómetro de aire en el box. No eran solo 0,2 o 0,3 bares. Mi equipo no entiende cómo pude terminar la carrera así".
Mir insiste en que ese problema "arruinó su carrera", un gran premio de Australia en el que "podría haber ganado" tal y como demostró su compañero Alex Rins: "Después de perderme cuatro carreras por accidentes y lesiones, necesitaba un buen resultado. Estoy seguro de que habría tenido la oportunidad. Me duele mucho".
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La única noticia positiva para Mir en este Gran Premio de Australia fue la buena respuesta de su tobillo lesionado, que ya parece estar casi recuperado por completo: "El tobillo está bien, aunque después de la carrera sentí algunos problemas musculares. Pero eso es normal cuando te has perdido cuatro carreras. Incluso con mucho entrenamiento, MotoGP es una historia diferente, y este tipo de problemas aparecen muy rápido. Físicamente estoy feliz, mentalmente no tanto", resumía el español.
