 Redacción | Prensa Aprilia@todocircuitoweb |
La de Aprilia es la historia de un sueño hecho realidad, el sueño de un constructor de bicicletas llamado Ivano Beggio, y aunque su historia no deja de ser muy semejante a la de otros grandes nombres de la historia del motociclismo mundial, a todos ellos les unió un denominador común, intentar ser los más rápidos para acabar convirtiéndose en los productores y fabricantes más importantes de la historia de las dos ruedas.
Desde su nacimiento y su primer título mundial con el italiano Alessandro Gramigni, nadie ha cuestionado la gran superioridad que evidenciaron desde sus primeros pasos en la competición los motores de dos tiempos de Aprilia, tanto en los 125 c.c. como en los 250 c.c., que les permitió sumar un total de 294 victorias en grandes premios, a los que también se han sumado un total de 121 podios en la categoría de Superbike, en la que comenzaron a llegar los primeros éxitos de la mano de otro campeón del mundo, Max Biaggi, para sumar un total de 54 títulos mundiales en el cómputo global, incluyendo las modalidades Off-Road.
Las estadísticas de Aprilia se pueden considerar jóvenes, puesto que sus primeras participaciones en competición datan de 1985 en los 250 c.c. y de 1987 en los 125 c.c., año en el que se lograron las primeras victorias (Misano’87 en 250 c.c. con Loris Reggiani) y en 1991 de la mano de Gramigni, que una temporada más tarde logró el primer título mundial de una larga y fructífera carrera para el fabicante de Noale, también de la mano de Gramigni en los 125 c.c.
A aquél primer título de Alessandro Gramigni le sucedieron otros muchos más, pero si algunos tienen un valor especial, por el esfuerzo que supusieron y la grata recompensa que representaron a todos los niveles, se encuentran los de Max Biaggi en una categoría que era completamente nueva para Aprilia como Superbike y que no es ni más ni menos que el fiel reflejo del espejo en el que se suelen mirar muchos aficionados al motociclismo.
Aprilia llegó a un terreno por entonces inexplorado para los ingenieros de Noale, que con paso firme y sin desanimarse ante las adversidades, consiguieron la victoria tanto en la categoría de pilotos como de constructores en los años 2010 y 2012 con un Max Biaggi que bien se podría decirse que fue el artífice del nacimiento de la gran moto que ha resultado ser la RSV4.
Un éxito que dos años más tarde (2014) corroboró un desconocido para la marca de Noale como el francés Sylvain Guintoli, quien también obtuvo el título de pilotos y constructores de Superbike, lo que además vino a demostrar que la RSV4 era la moto más eficaz de la parrilla de salida y también se convertía en accesible para prácticamente todo tipo de pilotaje.
El departamento de Aprilia Racing, situado en el “corazón de Noale” siempre ha sido considerado, desde su nacimiento, como uno de los más prestigiosos del mundo y si ahí se inició su palmarés con los motores de dos tiempos no tardó en comenzar un arduo e intenso trabajo con las mecánicas de cuatro tiempos que acabó viendo nacer los mejores y más tecnológicamente avanzados V4 de la historia, cuyo máximo exponente actual es la Aprilia RSV4 X, que no hace mucho presentó en el circuito de la Toscana, el Autódromo de Mugello, el embajador de Aprilia, Max Biaggi.
Pero antes de llegar a este momento se probó en el mundial de 500 c.c., en 1999, con el japonés Tetsuya Harada muy cerca de la victoria en Donington, pero con un todavía joven Valentino Rossi que tras proclamarse campeón del mundo de los 125 c.c. en 1997, logró el título del cuarto de litro con nada menos que 9 victorias y detrás de él destacaron las Aprilia “carreras cliente” de Franco Battaini, Ralf Waldmann, Jeremy McWilliams y Marcelino Lucchi.
En 1999 Aprilia debutó en el mundial SBK con la bicilíndrica RSV Mille; la marca del Véneto se aventuró por primera vez con las grandes motos de carreras de cuatro tiempos, mientras que en 2001 llegaron las primeras grandes satisfacciones en Superbike con tres victorias (dos del australiano Troy Corser y una del francés Regis Laconi), ocho podios y tres Superpole.
En 2003 Aprilia lo volvió a intentar en la categoría reina con dos pilotos del nivel del estadounidense Colin Edwards y el japonés Noriyuki Haga, pero los resultados no terminaron de llegar y poco a poco el proyecto se fue aparcando, hasta que a finales de 2014 el nuevo propietario de la marca Aprilia, Roberto Colannino, anunció su regreso a la competición en 2015 con la novísima RS-GP, que con algunos altibajos ha llegado hasta la pretemporada de 2020 con grandes esperanzas de destacar en MotoGP de la mano del español Aleix Espargaró.
Con las motos de Noale han vencido casi todos los pilotos que han hecho historia en el motociclismo mundial durante las últimas décadas, con nombres ilustres como los de Max Biaggi (tres títulos mundiales con Aprilia 250 de 1994 a 1996), Loris Capirossi (campeón del mundo de 250 en 1998), Valentino Rossi (campeón del mundo de 125 en 1997 y de 250 en 1999), Jorge Lorenzo (campeón mundial de 250 en 2006 y 2007), Casey Stoner (subcampeón de 250 en 2005), Arnaud Vincent (125), Manuel Poggiali (125), Marco Simoncelli (250), Álvaro Bautista (125), Kazuto Sakata (125)...
Siempre con tecnología de cuatro tiempos, Aprilia ha demostrado encontrarse a la vanguardia tecnológica en el mundo de la competición y también en la producción en serie, a donde llegan todas sus grandes innovaciones dentro del mundo de las carreras. No en vano fue la primera en trasladar tecnologías como el acelerador “ride by wire” o la electrónica para las ayudas al pilotaje y, en última instancia, las suspensiones electrónicas, que en 2019 llegaron a la calle de la mano de la Tuono V4 1100 Factory y ahora lo hace con la híper competitiva RSV4 Factory.
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Una historia que comenzó con la RSV Mille, el primer modelo de éxito de altas prestaciones, y continuó con la exitosa RSV4, vencedora de los mundiales de Superbike de 2010, 2012 y 2014, a la que luego se unió la tecnología de la RS-GP que siempre mantiene a los productos de Noale en lo más alto de la escala evolutiva del mundo de la competición trasladado a la producción en serie.
