REPORTAJES

El cambio mágico de Yamaha ya se puede montar en la MT-09, la naked deportiva por excelencia

Publicado el 05/12/2025 en Artículos

YamahaMT-09-2026

Hay momentos en la historia de las dos ruedas que marcan un antes y un después. A veces es la llegada de un motor, como ocurrió hace una década cuando Yamaha decidió revolucionar el mercado naked de media cilindrada con su tricilíndrico CP3. Otras veces, es una cuestión de electrónica. Pero hoy, tras pasar una semana conviviendo con la nueva Yamaha MT-09 Y-AMT 2025, tengo la firme convicción de que estamos ante uno de esos hitos: la democratización y perfeccionamiento del cambio automático en una moto puramente deportiva.

Sé lo que muchos puristas estarán pensando antes de leer la segunda línea de esta prueba: "Una moto sin maneta de embrague no es una moto de verdad". Lo admito, yo también tenía esa voz resonando en mi cabeza mientras me dirigía a recoger la unidad de prensa. Sin embargo, tras cientos de kilómetros, desde el caos urbano de la hora punta hasta mis tramos de montaña favoritos, la MT-09 Y-AMT no solo ha callado esa voz, sino que me ha enseñado una nueva forma de pilotar.

Primer contacto: La ausencia que se nota

Al acercarme a la moto, su estética "Dark Side of Japan" sigue siendo intimidante. El diseño minimalista, afilado y compacto de la versión 2024 se mantiene, con ese faro LED bifuncional que parece mirarte desafiante. Pero hay algo distinto. Al subirme, la mano izquierda busca instintivamente la maneta de embrague… y agarra aire. El pie izquierdo busca la palanca de cambio… y encuentra una estribera limpia.

Es una sensación extraña los primeros cinco minutos, una especie de "miembro fantasma" mecánico. Sin embargo, la MT-09 Y-AMT cuenta con un sistema de llave inteligente (Smart Key), exclusivo de esta versión. Con la llave en el bolsillo, pulsas el botón, el cuadro TFT de 5 pulgadas cobra vida y el tricilíndrico despierta con ese ronroneo característico.

Aquí es donde empieza la magia. No hay que soltar embrague, no hay que buscar el punto de fricción. Simplemente seleccionas el modo y aceleras. Yamaha ha logrado que, en parado y a baja velocidad, el sistema Y-AMT gestione el embrague con una finura que supera a muchos pilotos humanos. Las maniobras en parado, los giros cerrados en garajes y el culebreo entre coches se vuelven insultantemente fáciles.

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La jungla urbana y el Modo Automático 

Durante los primeros días, utilicé la moto como mi vehículo de diario para ir a la redacción. Aquí decidí probar a fondo los modos automáticos. El sistema permite elegir entre dos configuraciones: D y D+.

En el modo D, la MT-09 se comporta con una suavidad ejemplar. Es el modo perfecto para la ciudad o para cuando simplemente quieres desplazarte sin estrés. El sistema sube de marcha pronto, manteniendo las revoluciones bajas y aprovechando el inmenso par del motor CP3 de 890 cc. Es relajante, casi terapéutico, olvidar el baile constante del pie izquierdo y la mano izquierda en los semáforos. La moto fluye. Si necesitas un extra de potencia para un adelantamiento rápido, basta con abrir gas con decisión; la centralita lo detecta y baja una o dos marchas al instante.

Pero, seamos sinceros, esta es una MT-09. La sangre caliente corre por sus conductos de refrigeración. Al cambiar al modo D+, la personalidad de la moto cambia. El motor estira más las marchas antes de cambiar y reduce con mayor agresividad al frenar, manteniendo el motor en su zona dulce de potencia. El sistema Y-AMT no es una caja de cambios automática de convertidor de par "perezosa"; es una transmisión manual automatizada. Sientes el cambio, sientes la conexión mecánica, pero sin la interrupción de par que a veces provocamos los humanos por error.

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Escapada a la montaña: La revelación del Modo Manual 

Llegó el fin de semana y, con él, la prueba de fuego. Carretera de curvas, asfalto seco y ganas de buscarle las cosquillas a esta nueva tecnología. Aquí es donde cambié al Modo Manual (MT).

El sistema se maneja desde un interruptor táctil tipo balancín en la piña izquierda. Es intuitivo y ergonómico. Tienes dos opciones: usar pulgar e índice (pulgar para bajar con el "-", índice para subir con el "+") o, mi favorita para conducción deportiva, usar solo el dedo índice. En esta configuración, tiras de la palanca "+" hacia ti para subir marcha y la empujas hacia fuera para reducir. Es adictivo.

La velocidad del cambio es pasmosa. Yamaha asegura que es más rápido que usar el pie, y tras probarlo, no lo dudo. La conexión cerebro-mano es mucho más rápida y precisa que la conexión cerebro-pie.

Al atacar las curvas, descubrí la que, para mí, es la gran ventaja oculta de este sistema: la estabilidad corporal. Al eliminar la necesidad de mover el pie izquierdo para cambiar, puedes anclarte perfectamente a la moto. La parte inferior de mi cuerpo se mantenía estable, mis pies perfectamente colocados en las estriberas cargando peso donde debía, sin interrupciones para meter el pie debajo de la palanca. Esto te permite concentrarte exclusivamente en la trazada, en el punto de frenada y en la posición del cuerpo.

La simbiosis es total. Llegas a la curva, frenas con contundencia —aprovechando la bomba radial Brembo que ofrece un tacto exquisito y una potencia lineal—, y con un simple "clic-clic" del dedo índice, bajas dos marchas. El sistema hace el blip de gas perfecto, el embrague antirrebote gestiona la retención y la moto entra en la curva sobre raíles.

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Un corazón que sigue siendo salvaje

A pesar de toda esta tecnología de transmisión, la protagonista sigue siendo la mecánica base. El motor CP3 es una joya. Con sus 119 CV a 10.000 rpm, tiene ese carácter bipolar que nos enamora: dócil abajo, pero con una "mala leche" excitante en la zona alta.

Además, la experiencia sonora ha sido cuidada al detalle. Yamaha ha incorporado unas rejillas amplificadoras acústicas en el depósito de combustible. Cuando abres gas a fondo saliendo de una curva, el rugido de la admisión te golpea directamente en el pecho y el casco. Es un sonido gutural, orgánico, que te recuerda que, aunque la moto cambie sola, tú sigues al mando de una bestia.

La parte ciclo acompaña perfectamente a este motor. El chasis Deltabox de aluminio fundido CF es ligero pero rígido, ofreciendo una agilidad felina en los cambios de dirección. Las suspensiones, con una horquilla delantera de 41 mm totalmente ajustable y un amortiguador trasero también regulable, vienen con un tarado que busca el compromiso entre la deportividad y el uso diario, aunque claramente enfocado a lo primero. 

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Electrónica derivada de la R1

No puedo dejar de mencionar el cerebro electrónico que gestiona todo esto. La MT-09 Y-AMT hereda la IMU de seis ejes directamente de la superdeportiva R1. Esto significa que no estás solo. Tienes control de tracción sensible a la inclinación, control de deslizamiento, control de wheelie y control de frenos.

Lo interesante es cómo el sistema Y-AMT se integra con todo esto. En una ocasión, abrí gas con demasiado optimismo sobre un paso de cebra pintado. La moto gestionó la tracción y el cambio de marcha simultáneamente para que el susto no pasara de una anécdota. Todo se gestiona desde la pantalla TFT a todo color, que además ofrece conectividad con el smartphone y navegación Garmin, algo muy útil para las rutas de fin de semana que he realizado.

¿El futuro es manual o automatizado?

Después de devolver la Yamaha MT-09 Y-AMT, mi conclusión es clara: esta moto no resta diversión, la transforma y, en muchos casos, la amplifica. El sistema Y-AMT elimina el "trabajo sucio" de la conducción (embragar en atascos, fallar un cambio en plena aceleración, desestabilizar la moto al mover el pie) y te deja solo con lo mejor: la trazada, la frenada y la aceleración.

Para el piloto de día a día que usa la moto para todo, la comodidad del modo automático en ciudad es impagable. Y para el piloto deportivo de fin de semana, el modo manual con los dedos ofrece una precisión quirúrgica que te hace sentir mejor piloto de lo que eres.

Por 11.799 €, Yamaha no solo ofrece una de las mejores hyper naked del mercado por relación calidad-precio, sino que ofrece dos motos en una: un scooter de alta cilindrada para el lunes por la mañana y una máquina de precisión para el domingo por la tarde. Disponible en Tech Black, Midnight Cyan e Icon Blue (mi favorita, por cierto), la MT-09 Y-AMT no es una renuncia al control, es una invitación a centrarse en lo que realmente importa: disfrutar de la curva.

Tags: yamaha, mt09, cambio automatico, y-amt.


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