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Si tienes una Ducati, sabes que no es solo una moto. Es una declaración de intenciones, una pieza de diseño italiano que ruge. Y por eso, hay pocas cosas que duelan más que ver un arañazo en su carenado después de una ruta o, simplemente, sentir que le falta ese "algo" para ser verdaderamente tuya. Cuando llega el momento de buscar carenados y componenti para Ducati, empieza la aventura de encontrar las piezas perfectas.
En esa búsqueda, es fácil perderse entre un mar de opciones. Pero de vez en cuando, encuentras un sitio que parece entender exactamente lo que necesitas. Hablemos de Vulturbike, una empresa italiana que se ha ganado una buena fama entre los Ducatistas, y vamos a ver por qué.
Seamos sinceros: la pesadilla de todo motero es comprar un carenado aftermarket y descubrir que los agujeros no coinciden, que el plástico se siente de juguete o que el color no es ni parecido. Empieza el festival de la Dremel, las bridas y la frustración.
La gente de Vulturbike ataja este problema de la forma más lógica posible: usan carenados originales de la propia Ducati como punto de partida. ¿Y qué significa esto en la práctica? Pues muy sencillo: cero dramas. Cada pieza encaja como un guante, con la flexibilidad y los anclajes exactos que diseñaron en Borgo Panigale. Es la tranquilidad de saber que no estás montando una chapuza, sino una pieza con la calidad que tu moto se merece, ya sea para volver al look de fábrica o como lienzo para algo nuevo.
Tanto si solo necesitas una "tirita" para un rasponazo como si quieres un traje de gala nuevo para tu Ducati, su catálogo es para entretenerse un buen rato. Tienen más de 280 referencias solo para Ducati, así que es difícil no encontrar lo que buscas.
¿Que se te ha roto solo el lateral derecho de tu Panigale? Lo tienen. ¿Que te has calentado y quieres ponerle los alerones a tu Streetfighter para que parezca una bestia de MotoGP? También los tienen. Kits completos, piezas sueltas, cúpulas, colines... Es básicamente un menú a la carta para que dejes la moto exactamente como te apetece, ya sea para borrar las heridas de guerra o para empezar un proyecto de personalización desde cero.
Vender piezas está muy bien, pero donde Vulturbike realmente saca pecho es en el acabado. La empresa nació de la pasión por los gráficos y la personalización, y eso se nota. Su fundador es un artesano con décadas de experiencia como pintor y restaurador, y ese toque maestro se traslada a cada carenado que pasa por sus manos.
Ofrecen diseños que convierten una moto de serie en una pieza de exposición. Desde réplicas de competición que te hacen sentir como Pecco Bagnaia hasta gráficos exclusivos que harán que tu moto sea la única así en kilómetros a la redonda. No es solo pintar una pieza, es darle un alma y una personalidad que la distinga del resto.

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