Álex Márquez celebró este jueves, en Madrid, la que ya es la temporada de su vida. El piloto de Cervera ha sellado matemáticamente el subcampeonato del mundo de MotoGP, un hito que le mete de lleno, junto a su hermano Marc, en la enciclopedia de este deporte: son los primeros hermanos en 76 años de historia que copan las dos primeras plazas del Mundial.
Este salto de gigante no se fraguó en la victoria de Malasia del domingo pasado, sino mucho antes. Concretamente, en un test en Barcelona donde probó la que sería su arma para 2025. La conexión con la Ducati fue total, un flechazo que ha resultado ser la clave de su explosión. "La moto 2024 fue amor a primera vista", soltó el '73' sin tapujos.
El piloto de Gresini recordó en el Media Day organizado por Estrella Galicia ese momento exacto en que supo que este año podía ser grande: "En el test de Barcelona primero salí con la 23, salté a la 24 y ya fui más rápido. Recuerdo que llegué al box, yo soy poco de expresar lo que siento en ese momento, pero se me veía la sonrisa debajo del casco, todos me decían '¿tan bien va?', y yo dije que sí. Fue donde tuve claro que podíamos hacerlo muy bien".
Y tanto que lo ha hecho. Los resultados de Álex esta temporada son incontestables. Victorias en el Gran Premio de España, en la Sprint de Reino Unido, y en las carreras largas de Cataluña y la reciente de Malasia son la prueba de un salto de calidad que le sitúa, ahora sí, entre los 'capos' de la categoría.
Pero este subcampeonato, más allá del metal, es un triunfo familiar. Un éxito que Álex saborea casi más que un título propio. "Es la recompensa al trabajo duro y, sobre todo, a la pasión y actitud de una familia pequeña que le dio todo a sus dos hijos para que pudieran cumplir sus sueños", explicó un piloto satisfecho.
"Pasión es la palabra adecuada para definir lo que ha sentido mi familia siempre", subrayó Álex. "Ha sido un año histórico para los dos, ya que en 76 años del Campeonato del Mundo nunca se había logrado. Es cierto, he acabado segundo, pero estoy tan feliz como si hubiera ganado. El poder compartir éxitos con tu hermano es algo mejor que un título".
Con la temporada casi vista para sentencia, a falta de las citas de Portugal y la Comunidad Valenciana, la comidilla del 'paddock' sigue siendo la comparativa técnica. ¿Es la GP24, la moto "vieja", mejor que la GP25 oficial? Márquez no rehuyó la pregunta. "Creo que las diferencias entre la 24 y la 25 han quedado claras este año, lo dijo Gigi (Dall'Igna) en una entrevista", apuntó con calma.
Álex desgranó el análisis: "La GP25 es una evolución de la GP24, se han introducido piezas que cada piloto puede decidir si pone o no, lo dijo así. Tenían la opción de tener la 24. Es un tema de feeling. Creo que Marc ha dado un pasito más hacia delante en el momento de llevar a los demás al límite. No he probado la GP25, no sé si es mejor o peor, pero viendo los datos, la diferencia es mínima".
Este análisis directo define su carácter. Huye de la polémica artificial, pero no de la verdad. "Un piloto de MotoGP ya tiene muchísimo trabajo en el box y en la pista como para dar que hablar fuera de ella, así que yo prefiero hacer mi trabajo en la pista", afirmó, marcando distancias con otros perfiles.
"Por eso prefiero mantener un perfil bajo y decir las cosas como son", continuó el de Gresini. "Al final, creo que ser autocrítico es una virtud muy importante, mi filosofía es ésa; hacer tu trabajo bien. No sé mentir, si algo ha ido mal, se dice, se acepta y se va a la siguiente carrera, pero no solo en MotoGP, sino también en la vida en general".
Su lealtad a la fábrica es total. Con su subcampeonato ya resulto, se ha ofrecido a Borgo Panigale para probar material nuevo en las carreras restantes. "No sé si probaré o no las piezas. Es decirle a Ducati que, incluso algo que hayan declinado los pilotos oficiales, si quieren reprobar, o creen que no ha funcionado este año, es lo que yo les dije".
El futuro inmediato de Álex Márquez está asegurado con una GP26 'pata negra' en 2026. Un material Factory que le llega en su mejor momento de forma. Lejos de verlo como un examen de Ducati, Álex se lo toma como un desafío personal.
"No lo entiendo como que Ducati me pruebe para el equipo oficial, me lo tomo como una prueba para mí mismo, de tener lo máximo en mi box, y no tener la duda de decir 'y si hubiera tenido esto.'", explicó con franqueza. "No, tendré lo que tenga que tener, dependerá de mí. Eso me da presión, pero tranquilidad al saber que está controlado y no habrá más".
El gran mercado de pilotos se abrirá en 2027. Él, con una moto oficial bajo el brazo, estará en una posición de fuerza. No se obsesiona con vestir el rojo oficial. "A mí me da igual tener contrato con Gresini o Ducati. Lo importante es tener la moto Factory dentro del box, y es lo que tendré. No habrá cambios en ese aspecto, seré piloto Gresini con moto factory en el box".
¿Liderar otra fábrica en el futuro? No cierra puertas, pero su lealtad a Gresini, el equipo que confió en él cuando estaba fuera, es férrea. "Nunca hablaré de otra fábrica estando en Gresini por el respeto que ellos tuvieron conmigo cuando no tenía sitio en MotoGP y me dieron la oportunidad".
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Pero que nadie dude de su ambición: "Para liderar un reto en una fábrica tengo experiencia, tengo 29 años, seis de experiencia en MotoGP, y he demostrado que puedo tener buen nivel para luchar por podios".
