Ducati Panigale V4 2018: Prueba en circuito / Ficha t�cnica / Precios

Por Borja Arias @borjarias | Google+

A continuación te cuento de primera mano, mis primeras sensaciones en nuestra vídeo prueba tras pilotarla en el circuito mundialista Ricardo Tormo:

Antes de saltar a pista, lo primero es familiarizarse con parte de su electrónica, esto quiere decir navegar y conocer la nueva interfaz de su pantalla TFT, desde la cual y de forma sencilla e intuitiva, podremos configurar todos los parámetros posibles de que dispone la nueva V4, como sus modos de conducción, control de tracción, suspensiones electrónicas, deslizamiento o freno motor entre otros. En mi caso, al tratarse de la primera toma de contacto y estando la pista aun demasiado fría y con algo de humedad debido a una perezosa niebla vespertina, configuro el modo Sport  que establece unos parámetros de intervención medios para una conducción deportiva pero segura.

Es hora de salir a pista, y al subirme en ella deja claro que la posición a sus mandos es ultra deportiva, con los estribos muy elevados y un acople bajo la cúpula que se intuye perfecto. También me llama la atención lo ajustado y preciso que es su diseño como por ejemplo la zona de la palanca de cambios y pata de cabra, muy recogidas para que no roce nada. Una vez arranco y pese a ya haber escuchado el sonido de su nuevo V4, ahora lo hago mío, y he de reconocer que me fascina, me recuerda a una MotoGP, y con unos golpes de gas, más aún.

Salgo a la pista, y tras unas vueltas de adaptación empiezo a tener claro todo el potencial de la nueva Panigale V4, pero sobre todo puedo afirmar que es una moto fácil de pilotar, se adapta a tu estilo y no viceversa como ocurría en el pasado. Este efecto, se debe en gran medida al nuevo diseño de su chasis, que como bien nos explicaron en su presentación, ahora cuenta con menor rigidez lateral, lo que permite tener un mayor feeling sobre la rueda delantera cuando la moto se encuentra inclinada en el paso por curva.

Ya con un par de tandas a mis espaldas, las cosas están muy claras. Ducati ha creado "LA MOTO", con mayúsculas. El conjunto es prácticamente perfecto, quizás lo más cerca que puedes estar de una MotoGP a un precio de mercado. Por ejemplo, la parte ciclo de esta versión S, es pura delicia. Las suspensiones Öhlins electrónicas que equipa, compuesta por una horquilla NIX30 y amortiguador TTX36 gestionados por la nueva versión Öhlins Smart EC 2.0, se adaptan de forma semiactiva a tu pilotaje basándose en los parámetros preestablecidos en el modo de conducción o bien en los que hayas seleccionado tu, haciendo casi imperceptible su trabajo mientras pilotas y dándote máxima confianza e información en todo momento.

El cambio semiautomático también merece mención, es pura mantequilla. Su accionado es muy preciso y rápido, pero sobre todo con el añadido que dependiendo de la inclinación de la moto, este varia automáticamente la presión necesaria para engranar la marcha. Para los frenos, la nueva Panigale V4 cuenta con los nuevos Brembo Stylema, una evolución de las M50 que aligeran el peso de cada pinza en 70 gr, mejoran su ventilación y aumentan su potencia de frenado. En este punto me ha llamado la atención como actúa el sistema en binomio con la electrónica. La potencia de mordida es innegable y sin desfallecer por mucho que se le exija, pero a la par algo más progresiva de lo esperado, además, su ABS con sensor de inclinación  ahora cuenta con la función 'slide by brake' el cual te permite derrapar antes de entrar en la curva hasta que el ABS detecta demasiado deslizamiento y lo corta. Simplemente espectacular.

Pero si hay algo que realmente me ha enamorado además de su espectacular diseño, es su nueva mecánica V4. Hablamos de 214 CV a 13.000 rpm, y un par motor 124 Nm a 10.000 rpm, una locura de cifras solo viables gracias a una electrónica muy avanzada. En pista me ha demostrado ser una mecánica con una entrega de potencia lineal pero muy potente, sintiendo su empuje muy lleno en todo el rango de revoluciones, sobre todo cuando pilotas en el modo Race, una configuración mucho más directa y agresiva.

También cabe destacar como novedad su nuevo cigüeñal contrarrotante, cuyo giro es contrario a las ruedas, reduciendo las inercias y permitiendo junto a su chasis cambios de dirección más ágiles y sobre todo atacar el ápice de la curva con suma precisión y facilidad. A la par, y gracias a su electrónica, dar gas a la salida de una curva es realmente adictivo. La rueda trasera tracciona muy bien, sintiendo el control sobre ella en todo momento, ya sea deslizando, más facilmente en el modo Race y con las ayudas electrónicas casi al mínimo, como abriendo gas enérgicamente en el modo Sport, donde sabes que la electrónica está haciendo su trabajo pero con una naturalidad y suavidad asombrosa.

Por último, a modo de bonus track, Ducati nos permitió subir durante una tanda completa a una unidad Panigale V4 S preparada para circuito, es decir, con escape completo Akrapovic exclusivo para pista que eleva su potencia a 226 CV, neumáticos slick Pirelli Diablo Superbike, una cúpula sobrelevada, y despojada de elementos como retrovisores y portamatrículas. El sonido sencillamente para a ser un grito de guerra, lo más cercano al sonido de una MotoGP  sobre todo al escuchar las explosiones en los cambios de marcha, el empuje mecánico va un paso más allá, en aceleración parece que estás saltando al hiperespacio, y gracias a sus pegajosos slicks logras ver el asfalto a pocos centimetros pero con total confianza. En definitiva, obtuve la sensación más cercana a pilotar una moto de carreras de primer nivel.

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