Llevábamos años escuchando promesas, pero lo que Norton acaba de poner sobre la mesa es la prueba definitiva de que la histórica marca británica va muy en serio. Tras la compra por parte del gigante indio TVS Motor en 2020 y una inyección de capital mareante -más de 228 millones de euros-, Norton se ha sacado de la manga una flota de cuatro modelos nuevos listos para asaltar el mercado global. Y ojo, porque ya no hablamos de prototipos o motos mega exclusivas para unos pocos elegidos, sino de una estrategia comercial con todas las letras.
La joya de la corona en cuanto a volumen de ventas promete ser la inédita gama Atlas. Olvidaos de las exclusivas superbikes por un segundo, porque aquí es donde Norton quiere hacer daño a la competencia. Han desarrollado desde cero un motor bicilíndrico en paralelo de 585 cc, calado a 270 grados para darle ese carácter y sonido ronco que tanto nos gusta.
El objetivo es claro: morder una buena parte del pastel en el segmento de las motos trail de cilindrada media, un nicho que no para de crecer tanto en Europa como en el mercado asiático.
Para entender qué buscan con este propulsor, nada mejor que escuchar a Brian Gillen, el Director Técnico de la marca, que soltó algunas perlas durante la presentación previa en Italia. Gillen no se anduvo con rodeos sobre el rendimiento del bicilíndrico: "Lo que buscamos es la curva de par más amplia", lo que sugiere una moto llena en todo el rango de revoluciones, priorizando la facilidad de uso y la respuesta inmediata sobre las cifras de potencia máxima pura y dura.
La familia Atlas llega dividida en dos hermanas con personalidades muy marcadas. Por un lado tenemos la Atlas GT, la opción lógica para los devoradores de asfalto, equipada con llantas de aleación de 17 pulgadas y calzando unos Michelin Road 5. En la otra esquina del cuadrilátero está la Atlas estándar, con una vocación mucho más campera, montando rueda delantera de 19 pulgadas y neumáticos Bridgestone AX41, pidiendo guerra fuera de la carretera.
Gillen quiso matizar la filosofía detrás de estos motores comparándolos con sus hermanas mayores. Según explicó: "Donde la V4 tiene la cantidad máxima absoluta de par, con la Atlas lo que buscamos es la curva de par más amplia. Y esa curva de par más amplia va más allá de la cilindrada del motor". Vamos, que prometen una elasticidad mecánica que debería hacerlas muy divertidas en carreteras de montaña y zonas algo más técnicas
.A nivel tecnológico, la marca británica ha tirado la casa por la ventana para no quedarse atrás. Las nuevas Atlas vienen cargadas de chuches: pantalla táctil TFT de 8 pulgadas, iluminación LED completa y una IMU de seis ejes. Esto último es clave, ya que permite gestionar un paquete de ayudas electrónicas de primer nivel, incluyendo ABS y control de tracción sensibles a la inclinación. Además, se han dejado ver con control de crucero, puños calefactables y suspensiones ajustables.
Una de las grandes incógnitas era dónde y cómo se iban a fabricar estas máquinas. Gillen arrojó algo de luz sobre la colaboración con la matriz india, dejando claro que van a aprovechar lo mejor de cada casa: "La estrategia industrial entre TVS y Norton es tener sinergias. Por lo tanto, hay ciertas áreas donde se fabrican los trenes motrices, otras áreas donde se fabrican los vehículos". Esto confirma que Norton se beneficiará del músculo industrial de TVS en la India para componentes clave, mientras mantiene el diseño y el ensamblaje final de ciertos elementos bajo su control.
Todo esto forma parte del plan 'Resurgence', una estrategia a cinco años vista que tiene su epicentro en la nueva y flamante sede de Solihull. Con capacidad para fabricar 8.000 motos al año, Norton quiere dejar de ser una marca de nicho para convertirse en un fabricante de mayor éxito comercial. De momento, nos han dejado con la miel en los labios: no hay precios oficiales ni fecha exacta de llegada a los concesionarios europeos, pero la maquinaria ya está en marcha.
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Y que nadie se asuste, que los puristas de la velocidad también tienen su ración. Norton no se ha olvidado de su ADN de carreras y ha presentado las nuevas V4 Manx. Estamos hablando de dos superbikes con un motor V4 de 1.200 cc que son una auténtica barbaridad: 203,2 CV a 11.500 rpm y un par de casi 130 Nm. Son un paso adelante gigantesco respecto a las anteriores V4SV, demostrando que en Solihull todavía saben cómo fabricar misiles tierra-tierra.
