Fermín Aldeguer cerró su primer año completo en MotoGP con una sensación clara: el potencial está ahí, pero el camino todavía es largo. Tras un 2024 sólido en Moto2, con tres victorias y varios podios, el murciano dio el salto a la categoría reina y no tardó en dejar huella. Ganó en Indonesia, subió varias veces al podio y fue proclamado Rookie del Año. Un buen punto de partida, aunque insuficiente para alguien que ya mira más arriba.
Aldeguer no se engaña con los objetivos. El Mundial es un sueño, pero no inmediato: "Para lograrlo es necesario estar en las primeras posiciones durante todo el campeonato. Con Marc este año tendría que haber acabado siempre segundo y luego ganar todas las carreras tras su lesión. No es fácil. Sigo pensando que no estoy preparado. Me falta experiencia y todavía tengo que cometer muchos errores. El nivel de la categoría hoy en día es muy alto". Su discurso es prudente, pero no conformista.
En el box de Gresini, la referencia más directa sigue siendo Álex Márquez. El planteamiento es sencillo: "Si consigo mantener a Álex Márquez detrás de mí, significaría que estoy haciendo un buen trabajo y luchando por algo importante, ya que estará entre los candidatos a las tres primeras posiciones del campeonato. Dicho esto, no es algo en lo que deba centrarme. Simplemente quiero aprender, crecer progresivamente y estar con frecuencia entre los cinco primeros".
La cuestión de la moto oficial también aparece en su análisis. Aldeguer no idealiza el estatus de piloto de fábrica: "La moto oficial es un plus, una ayuda, pero hay que tener en cuenta que conlleva más presión. Estás obligado a conseguir resultados y luego siempre está la incertidumbre de si el rendimiento mejorará o empeorará". Para él, la clave pasa por el material y el respaldo técnico. "No es tanto estar alineado por el equipo de fábrica, sino contar con la GP27 y el apoyo del fabricante, que será crucial en un año en el que las motos evolucionarán desde la primera hasta la última carrera".
El cambio de reglamento y la futura llegada de las MotoGP de 850 cc no le quitan el sueño: "Quiero creer que el cambio de reglamento no afectará a las fuerzas en el campo. No creo que la mejor moto se convierta en la peor. Probablemente el nivel de las diferentes marcas se acercará. En cualquier caso, seguiré aspirando a la moto roja". En cuanto a los rivales de Ducati, señala especialmente a Aprilia: "Bezzecchi se ha adaptado bien a la RS-GP y ha crecido terminando muy bien. Martín viene de un mal 2025, pero ganó un título y no se le puede excluir de la lucha por el top cinco. Tampoco hay que olvidar a Raúl Fernández y Ogura".
Más directo fue al valorar la temporada de Pecco Bagnaia: "Hasta que perdió la brújula lo estaba haciendo muy bien, pero en mi opinión no trabajó bien mentalmente, con la moto y con el equipo. No supo mantener el potencial que tenía". Aldeguer incide en el enfoque técnico: "Si la base de la moto es buena puedes hacer una adaptación de circuito a circuito, pero no quieres alterarla. En 2025 se iba muy rápido y él quería comparar con lo que hacía en 2024. El pasado es el pasado. Hay que intentar adaptarse".
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Tras probar la GP25 en noviembre, sus sensaciones son claras. "Entre 2023 y 2024 la moto ha cambiado mucho. El salto de 2024 a 2025 fue menor". A corto plazo, el objetivo está definido. "Tengo que mejorar en clasificación. Conseguir la pole me daría más alegría que una victoria".
