
Fabio Quartararo ha decidido que el asfalto está muy visto y se ha marcado una excursión a la nieve con una montura que es, literalmente, una joya. La protagonista mecánica de esta historia es la Yamaha R9, esa deportiva tricilíndrica que tanto ha dado que hablar últimamente. Pero ojo, porque la unidad que lleva El Diablo entre las piernas no tiene nada que ver con la que te puedes encontrar en el concesionario.
Se trata de una preparación muy bestia bautizada como Custom Yamaha R9-25, un aparato diseñado para correr y para lucir palmito en mitad de la montaña. Detrás de este proyecto tan singular no está ningún preparador de motos, sino una colaboración con Twojeys.
Para los que os pille un poco lejos el mundo de la moda, os cuento: es una marca de joyas nacida en Barcelona en 2019 de la mano de Joan Margarit y Biel Juste. Unos tipos que se inspiraron en la Ruta 66 y que han querido trasladar su rollo urbano y desenfadado al carenado de una moto de 120 cv.
Lo primero que te revienta la retina es la estética. Olvídate de los colores corporativos de Yamaha. Aquí manda una base negra pintada a mano sobre la que bailan unas llamas plateadas que le dan un toque old school bastante guapo. Pero donde realmente marcan la diferencia es en los detalles, porque han decidido que la fibra de carbono está muy vista y han tirado de plata de ley.
Sí, has leído bien. Logos, tapas del motor e incluso detalles en las manetas de freno y embrague llevan el sello de la joyería. Aunque si hay algo que nos ha dejado con la boca abierta es el sistema de escape. Nada de tubos convencionales: la salida, ubicada bajo el colín, tiene forma de estrella, replicando uno de los iconos de la marca española.

Claro que, meter una deportiva en la nieve con slicks sería un suicidio, y aquí es donde la funcionalidad se ha dado la mano con el diseño. Para conseguir tracción en el manto blanco, han modificado los neumáticos con unos clavos muy particulares. Según cuentan desde la marca, la idea era cambiar el contexto de la moto, "transformando la nieve en una pista de carreras", y para ello han incrustado la cadena 'Icon Link' (un diseño clásico de sus collares) en la goma para que muerda el hielo.
Es inevitable que al ver las imágenes se nos venga a la cabeza aquel enero de 2017. Seguro que os acordáis de Marc Márquez subiendo su Honda RC213V con clavos por las pistas de Kitzbühel en Austria. Aquello fue una salvajada de marketing por parte de Red Bull para poner una MotoGP pura en una pista de esquí, una acción comercial que sin duda funcionó a las mil maravillas.
Quartararo con una Yamaha R9 muy especial pic.twitter.com/P43izyw5dn
— todocircuito.com (@TodocircuitoWeb) December 12, 2025
Lo de Quartararo va por otro lado. Aunque hay gas y hay nieve, el enfoque aquí es mucho más lifestyle. Es una mezcla curiosa entre el mundo de las carreras y el postureo de calidad, una forma de unir dos mundos que a priori no pegan ni con cola pero que, viendo el resultado, tienen su punto.
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