Se ha abierto la veda. Si había una moto que llevábamos tiempo esperando como agua de mayo, esa era la renovación de la gama supersport de media cilindrada de Mattighofen. Y como suele ocurrir últimamente en este mundillo, la sorpresa no ha llegado desde un salón de la moto ni una presentación exclusiva, sino a través de la burocracia: los documentos de homologación en China a los que ha tenido acceso Amcn.com.au nos han dejado ver, sin camuflaje y con todo lujo de detalles, cómo será la próxima mini-bestia naranja.
Lo que tenéis ante vuestros ojos, aunque en los carenados rece un "450", tiene toda la pinta de ser la futura KTM RC 490 (o 450, dependiendo de cómo quieran jugar al marketing en Europa) que veremos en los concesionarios, previsiblemente, para 2026. Y ojo, porque la jugada de los austriacos ha sido maestra: han cogido una base que ya sabíamos que funcionaba de maravilla y la han radicalizado al extremo.
Para nadie es un secreto que KTM y CFMoto son mucho más que socios: son casi familia. Por eso, bajo esa piel afilada diseñada por Kiska, nos encontramos el mismo corazón que impulsa a la CFMoto 450SR-S. Hablamos de ese bicilíndrico en paralelo de 449 cc con el cigüeñal calado a 270 grados que tanto nos gusta por cómo imita el carácter y el sonido de un V-Twin. Pero aquí viene lo bueno: en Austria no se han limitado a hacer un copia y pega.
Según los papeles filtrados, los ingenieros naranjas han apretado las tuercas del propulsor para sacarle un extra de jugo. Si la versión china se queda en unos respetables 51 cv, la ficha técnica de esta nueva RC declara 41,3 kW, lo que al cambio son unos 56 cv.
Evidentemente, cuando esta joya pise suelo español, lo más probable es que la veamos limitada a los 47 CV de rigor para que los usuarios del carnet A2 puedan disfrutarla, pero cabe la posibilidad de que KTM ofrezca esta limitación de forma opcional y, así, sus futuros propietarios puedan aprovechar esos 56 cv en caso de no estar supeditados al A2.
Donde realmente se nota la mano de KTM es en la parte ciclo, y aquí es donde los puristas van a sonreír. Adiós a las suspensiones KYB de la CFMoto, hola a WP. La marca ha dotado a esta deportiva de su propia suspensión, lo que promete un tacto mucho más firme y preciso, marca de la casa. Además, han incluido un amortiguador de dirección WP para atar en corto el tren delantero cuando la cosa se ponga seria.
Y hablando de ponerse serios, la ergonomía es toda una declaración de intenciones. Olvidaos de las deportivas cómodas o sport-touring disfrazadas. Esta RC va a por todas. Los semimanillares están anclados por debajo de la tija superior y las estriberas parecen estar más altas y retrasadas. Vamos, que la postura va a ser al ataque, cargando peso delante y sufriendo un poco de muñecas, como debe ser en una moto que lleva estas siglas.
Todo este paquete de mejoras viene acompañado de una dieta de adelgazamiento. La báscula se para en 168 kilos, tres kilos menos que su hermana asiática (171 kg). Puede parecer poco, pero en una moto de esta categoría, cada gramo cuenta. A esto ayuda también el cambio de llantas, que abandonan el diseño de la CFMoto, aunque curiosamente se mantiene el precioso basculante monobrazo que le da ese toque premium que tanto entra por los ojos.
La geometría también cambia para buscar ese comportamiento nervioso y ágil que caracteriza a las KTM. La distancia entre ejes se ha recortado en 10 mm respecto a la 450SR original, quedándose en unos compactos 1.360 mm. Si sumamos esto a un ángulo de dirección que se prevé más cerrado, tenemos entre manos una moto pensada para devorar curvas ratoneras y circuitos pequeños. Los neumáticos elegidos siguen el estándar de la categoría: 110/70R17 delante y 150/60R17 detrás.
Estéticamente es innegable que estamos ante una KTM. El color naranja inunda todo el carenado, el logo RC ocupa medio lateral y, por supuesto, no podían faltar los alerones delanteros para la carga aerodinámica (y el postureo, no nos engañemos). El colín es tan alto que subir a un pasajero ahí debería considerarse deporte de riesgo, dejando claro que esta moto se disfruta mejor en solitario.
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A falta de confirmación oficial sobre el precio, todo apunta a que KTM va a entrar a matar en el segmento. Con rivales como la Aprilia RS 457 rondando los 7.200 euros y la Ninja 500 por debajo de los 7.000, los austriacos tienen que afinar el tiro. Si consiguen colocar esta maravilla tecnológica en el entorno de los 6.900 - 7.000 euros, podemos estar ante la nueva reina del patio del recreo del A2.
