
En Mattighofen han vivido el 2025 como si de una montaña rusa se tratase: la amenazada de una bancarrota, líneas de producción paradas en sus fábricas, recorte de cientos de puestos de trabajo... Pero ojo, que parece que las aguas vuelven a su cauce. Con la cartera de Bajaj puesta sobre la mesa para poner orden, la maquinaria austriaca empieza a engrasar sus engranajes de nuevo. Y qué mejor manera de decir "seguimos vivos" que haciendo lo que mejor saben hacer: motos que asustan.
Aunque es verdad que el calendario de lanzamientos lleva un retraso considerable, los naranjas se están poniendo las pilas. La prueba del delito la hemos encontrado, como suele pasar, buceando en los aburridos documentos de homologación europeos publicados por Cycle World. Y sorpresa: allí aparece listada, con nombres y apellidos, la nueva KTM 1390 Super Duke RR. Sí, has leído bien, doble erre.
Para los que tengáis memoria de pez, recordemos la jugada. Con la anterior generación 1290, KTM se sacó de la manga dos tiradas limitadísimas (y carísimas) de 500 unidades en 2021 y 2023. La filosofía era sencilla: coger la moto base, quitarle todo lo superfluo, meterle componentes de "pata negra" y cobrar un extra por la exclusividad. Pues bien, los papeles cantan y confirman que la historia se repite con la nueva 1390.
Si estabas esperando que los ingenieros le hubieran apretado las tuercas al motor para sacar más caballería, ya puedes ir olvidándote. La ficha técnica es clara: el bicilíndrico en V LC8 sigue rindiendo los mismos 188 cv a 10.000 rpm y esos brutales 145 Nm de par a 8.000 vueltas que ya conocemos de la versión R estándar. Pero cuidado, que aquí la magia no va de sumar caballos, sino de restar kilos.
El dato que realmente impresiona lo encontramos en sala báscula. La nueva RR declara un peso de 204 kg con el depósito lleno, frente a los casi 212 kg de su hermana más civilizada. Estamos hablando de una rebaja de unos 8 kilos en una moto que ya de por sí va bastante ajustada. Y cualquiera que entre a circuito sabe que quitarle ocho kilos a una moto moderna cuesta mucho dinero.
¿De dónde sale ese adelgazamiento? Parte de la culpa la tiene el sistema de escape. La homologación chiva que montará un silenciador Akrapovič de titanio -homologado para la calle- con esa doble salida apilada tan característica.
KTM 1290 Super Duke RR 2023
Pero un escape no te quita 8 kilos de golpe. Si miramos el retrovisor a lo que hicieron con la antigua 1290 RR, la receta está clara: fibra de carbono hasta en el carnet de identidad. Es más que probable que veamos un subchasis monoplaza, paneles de carrocería en carbono y una batería de litio sustituyendo a la de plomo tradicional.
Mención aparte merecen las ruedas. Todo apunta a que volveremos a ver esas preciosas llantas forjadas de 7 radios, inspiradas directamente en la RC16 de MotoGP, que ya en la versión anterior conseguían rebajar casi un kilo y medio de masa no suspendida.
En cuanto a la parte ciclo, parece que KTM vuelve a apostar por lo analógico para los más puristas. Nada de suspensiones electrónicas que piensan por ti. La lógica y los antecedentes nos dicen que montará horquilla y amortiguador WP Apex Pro de ajuste manual. Componentes de carreras que podremos ajustar con un destornillador en el pit lane o en el garaje de casa.
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Por último, las dimensiones nos dejan alguna pista extra. La moto es casi 2 centímetros más ancha, lo que casi confirma que vendrá con protectores de manetas de serie (muy racing), y un pelín más larga, cuadrando con las medidas de un colín monoplaza. Aunque KTM lleva retraso con las entregas de modelos presentados hace un año, el documento la ficha como modelo 2026, así que, quizás, la veamos a lo largo del próximo año, posiblemente en verano.

