Se nos viene encima una temporada 2026 que promete ser de traca, y en el box del LCR Honda ya se frotan las manos. Después de un 2025 de auténtica locura en la categoría intermedia, donde Diogo Moreira se ha marcado una remontada histórica para llevarse el título de Moto2 en la última cita, el brasileño da el salto a la clase reina. Y no lo hace de cualquier manera: llega con la bendición absoluta de un Lucio Cecchinello que ve en él algo diferente a lo habitual.
No estamos hablando de un fichaje para rellenar la parrilla. Para el patrón del equipo satélite de Honda, Moreira es un diamante en bruto que lleva la velocidad en el ADN. La precocidad del piloto de São Paulo es la carta de presentación que más tranquilidad da en el garaje. "El proyecto con Diogo es muy interesante, porque es jovencísimo y va en moto desde que tenía 3 años, ¡esto ya es una garantía!", comenta entre risas el italiano en una charla reciente con GPone.com.
Lo que realmente ha convencido a Cecchinello no es solo la velocidad de Diogo en pista, sino lo que se comenta en el paddock off-road. La capacidad de adaptación de Moreira es tan bestia que incluso ha dejado alucinados a los más grandes. Lucio soltó una anécdota de esas que nos gustan, una confesión privada de Julià Márquez: "Julià, el papá de Marc Márquez, me dijo: ‘va más rápido que mi hijo en la moto de cross’".
Y es que el currículum del brasileño fuera de los circuitos de velocidad asusta un poco. Ha tocado todos los palos y en todos ha ido rápido. Cecchinello recuerda bien sus hazañas lejos del asfalto: "Hizo una aparición en el Mundial de Supermoto y ganó humillando al segundo, en el Ranch sobre el flat track fue uno de los más rápidos". Si a eso le sumas que en Moto3 ya ganó carreras y que en Moto2 es el vigente campeón del mundo, está claro que "hay requisitos previos para que pueda ser un buen piloto para MotoGP, obviamente debemos darle tiempo para aprender".
Ahora bien, no todo va a ser un camino de rosas. Moreira llega a MotoGP en un momento técnico muy delicado: el último año de las 1000 cc antes del cambio de reglamento de 2027. ¿Es un marrón debutar con los dispositivos de altura y toda la aerodinámica actual justo antes de que los prohíban? Lucio no se esconde: "Seguramente llegará a una categoría en la que los demás pilotos conocen muy bien estas motos, también la técnica para usar el regulador de altura necesita un periodo de aprendizaje".
El reto para el rookie no va a estar tanto en domar la potencia del motor o entender los Michelin, sino en recablear su cerebro para confiar en la carga aerodinámica. Según explica el propio team manager, los problemas vendrán al "aprender la técnica para usar el regulador de altura y entender cuánta confianza dar al tren delantero porque hoy, con la aerodinámica, tienes una estabilidad y una carga tales que tienes que esforzar tu cabeza para entender que el límite físico es mucho más alto de lo que puedas imaginar".
Visto desde fuera, quizás hubiera sido más lógico esperar un año más en Moto2 y subir directamente con las nuevas 850 cc, motos teóricamente más puras y menos complejas. El propio Cecchinello admite que "teóricamente con las 850, con menos aerodinámica y sin reguladores de altura, el aprendizaje habría sido más sencillo". Pero en este mundo, el tren de MotoGP pasa muy pocas veces y no suele esperar a nadie.
De hecho, ese fue el tema de conversación clave con el entorno del piloto. Lucio preguntó directamente a su mánager si se habían planteado defender el dorsal número 1 en Moto2 un año más. La respuesta fue clara: solo se hubieran quedado si no ganaban el título. Pero al llevarse el gato al agua con esa remontada épica, no hubo dudas. "Cuando pasa un tren hay que cogerlo", sentencia el jefe del LCR.
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"No se echaron atrás y pienso que están contentos de haber sido acogidos en la familia Honda", asegura un Cecchinello que necesita savia nueva para revitalizar el proyecto. Con Brasil regresando al calendario y un piloto de la casa subiendo a la élite, las expectativas están por las nubes. La sentencia final del italiano suena a desafío y esperanza a partes iguales: "Pienso que Diogo, si trabaja bien, podrá escribir páginas de historia junto a Honda".
