
Mientras el mercado de motos supersport se inunda de máquinas que superan ya los 800 cc con configuraciones de dos y tres cilindros, en Honda UK han decidido que las tetracilíndricas todavía tienen mucha guerra que dar. Y no de cualquier manera: han sacado la artillería pesada con una CBR600RR que no puede pisar la calle, pero que promete ser el arma definitiva en cualquier trazado.
Lo que han hecho los británicos no es simplemente quitarle los espejos y la matrícula a la moto de serie. Se han ido directamente a Louth, al cuartel general de Honda Racing para crear una máquina a medida. Cada unidad se fabrica bajo pedido, casi como si fueras un piloto oficial encargando su montura para la temporada.
La magia empieza mucho antes de lo que te imaginas. Estas unidades salen de la fábrica con el motor abierto para recibir mimos especiales. Hablamos de una junta de culata más fina, de 0,55 mm, que sube la compresión de un 12.2:1 a un 12.4:1. A eso le suman bujías de competición y un cableado simplificado con una ECU de carreras. ¿El resultado? El motor estira 1.000 vueltas más, llegando a gritar hasta las 16.500 rpm.
Pero claro, si aprietas el motor, necesitas que el resto acompañe. Para evitar sustos con la temperatura, el kit incluye un radiador de competición y muelles de embrague reforzados.
En la parte ciclo también hay mejoras. La horquilla Showa de serie se mantiene, pero ahora cuenta con un kit interno de HRC y un amortiguador trasero pata negra con ajuste remoto de precarga. También le han metido mano a los frenos con latiguillos metálicos Goodridge delante y detrás.
Uno de los puntos más críticos de las motos modernas, el escape, ha sido subsanado de raíz. Adiós al voluminoso sistema bajo el colín taponado por los catalizadores de la Euro5+. En su lugar, luce un sistema completo Akrapovič 4 en 1 de titanio que no solo ahorra un peso brutal, sino que deja respirar al motor como debe. Además, han añadido una protección de carbono tras la estribera derecha para que no se te cueza el pie con el calor del colector.

Estéticamente es una pasada. Viene vestida con carenados de fibra Carbonin Avio y una pintura réplica de carreras ejecutada por Spray Bay, calcada a la moto con la que Jack Kennedy ha arrasado en el British Supersport. Para rematar la faena, incluye protectores de motor GB Racing, semimanillares Spider, estriberas retrasadas y una conversión de paso de cadena a 520, mucho más ligera para reducir las inercias.
Todo este despliegue tiene un precio, y no es precisamente una ganga, aunque lo vale. Si quieres la experiencia completa, la broma se va hasta las 18.000 libras (unos 21.000 euros al cambio), convirtiéndola en una de las 600 más caras y exclusivas que puedes comprar hoy día.
Leer también: Royal Enfield nos pone los dientes largos con la Continental GT-R 750
Si tienes el dinero y las ganas, tendrás que tener también un poco de paciencia. Honda UK avisa de que el plazo de entrega es de unas seis semanas desde que formalizas el pedido, ya que el ensamblaje final se hace a mano en Lincolnshire. El número de unidades que se fabricarán es una incógnita, ya que dependerá exclusivamente de cuántos locos de las tandas se animen a soltar la pasta para tener la 600 definitiva en su garaje.

