Marc Márquez, el flamante campeón del mundo de MotoGP de 2025, ha reaparecido en Cheste para cerrar la temporada con su equipo, el Ducati Lenovo Team. Esta vez, el campeón no corre, solo observa. La procesión va por dentro. Márquez se pasea por el pit lane y sigue las sesiones desde el muro, una situación atípica para el piloto más voraz de la parrilla. El motivo: la dura caída sufrida en Indonesia el pasado octubre, en un lance con Marco Bezzecchi, que le ha dejado en el dique seco.
En declaraciones al micrófono oficial de MotoGP durante la FP2 de este sábado, el propio Marc ponía palabras a este sentimiento agridulce. “Un poco extraño”, admitía con sinceridad. Ver la batalla desde la barrera nunca es plato de buen gusto para un piloto.
No obstante, el timing del KO lo cambia todo. Afortunadamente, el accidente de Indonesia se produjo justo la semana después de que el#'93 sentenciara matemáticamente el título en Motegi. El trabajo gordo ya estaba hecho, y eso supone un alivio mayúsculo.
Márquez lo tiene claro: la lesión duele, pero no empaña el éxito. “Es verdad que la lesión llegó en un momento en el que debes celebrar, pero, al final, por otro lado, llegó en el mejor momento porque todo estaba cerrado”, analizó el ilerdense.
El campeón quiso despejar cualquier duda sobre su estado anímico, asegurando que el reposo forzoso no le ha restado ni un ápice de euforia por su nuevo entorchado. “Muchos altibajos, pero esta lesión no afectará la forma en que celebro este campeonato”, sentenció con firmeza.
La gran consecuencia deportiva de esta lesión no es solo perderse la cita de Valencia, sino el vital test del martes. Márquez ha confirmado que no se subirá a la Ducati Desmosedici. Tras la pesadilla de 2020, ha aprendido la lección: las prisas con las recuperaciones son malas consejeras. Su pretemporada 2026 empezará más tarde que la del resto.
Really glad to see @marcmarquez93 joining us for the season finale as his recovery continues! 👋#ValenciaGP 🏁 pic.twitter.com/qdtaArmyNX
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) November 15, 2025
El foco de la recuperación está en el hombro derecho, una zona crítica para él, pues ya fue intervenido de esa misma articulación tras la campaña de 2019. La prudencia es máxima. “Va mejorando”, aseguró, aunque pidiendo calma. “Por supuesto, lleva tiempo, porque al final el hombro derecho tenemos que cuidar todos los pequeños detalles”.
El piloto de Cervera detalló la hoja de ruta médica. El hueso necesita tiempo para soldar antes de empezar el trabajo duro. “Esta semana empecé con algo de rehabilitación; ahora necesito tener paciencia, como dos o tres semanas más, entonces cuando el hueso esté completamente fijado empezaré un poco mejor”.
Márquez no volverá a pilotar una MotoGP hasta febrero, en los test de Sepang. El objetivo es llegar a la parrilla de 2026 en plenas facultades. El pronóstico, por suerte, es positivo.
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“Pero parece que todo va por buen camino, y lo más importante es que esta nueva lesión no afectó a las otras lesiones. Así que estaré en buena forma en 2026”, concluyó.
