
Marco Bezzecchi ha dado un golpe de autoridad en el Gran Premio de Portugal. El de Aprilia ha firmado una carrera perfecta, un monólogo de pilotaje que le ha llevado a su segunda victoria de la temporada. Desde que se apagó el semáforo hasta la bandera a cuadros, nadie pudo toser al de Rímini, que se reencuentra con la gloria que no probaba desde la lejana cita de Silverstone.
Pero si Bezzecchi impuso una dictadura en la cabeza de carrera, la verdadera guerra se libraba por la plata. Un soberbio Álex Márquez tuvo que sacar el manual de defensa para contener a un Pedro Acosta que es pura dinamita. El Tiburón de Mazarrón lo intentó hasta la última curva, llegando a rodar a solo seis décimas, pero Álex tiró de experiencia para sellar una meritoria segunda plaza, con el murciano completando un nuevo podio para la saca.
Para Bezzecchi, la sensación era de pura liberación. Hacía tiempo que no ganaba, y el sabor era especial. "Muy bonito porque hacía tiempo que no sucedía y siempre es bonito ganar", confesaba un exultante 'Bez' al bajarse de la moto. "No me ha sucedido tantísimas veces como a otros quizás, pero es siempre bellísimo".
Este triunfo tiene, además, un fuerte sabor a revancha. El sábado, la pole le supo a poco al no poder rematar en la carrera corta. "Ayer estaba feliz, pero no demasiado, porque si sales desde la pole quieres luchar por algo más", reconoció el italiano. Sabía que tenía el ritmo, pero "ayer Alex y Pedro fueron más fuertes que yo, simplemente".
La clave de este domingo se cocinó en la madrugada del sábado. La victoria se fraguó en el box, analizando datos hasta encontrar la puesta a punto ideal. "Pasé mucho tiempo en el box con mis chicos para intentar entender qué podía mejorar", explicó. "Encontré algo que me ayudó a gestionar esos puntos débiles que había detectado y en el warm up entendí que estaría en la lucha".
Ese "algo" fue un ajuste que le dio alas, permitiéndole ser más fino en el pilotaje. "En el box encontraron algo que me permitió ser menos agresivo sobre la moto y gracias a esto tuve siempre mucha confianza en el tren delantero", detalló Bezzecchi sobre el secreto de su ritmo.

La victoria es también un espaldarazo para el proyecto de Aprilia, que ha crecido exponencialmente este año. Bezzecchi ha sufrido en la adaptación, pero nunca perdió la fe. "Diría que con Aprilia hemos mejorado paso a paso, siempre he creído en este proyecto y siempre he tenido confianza en nuestra moto", señaló, admitiendo que "es verdad que a principio de temporada sufrimos un poquito, pero después hemos dado muchos pasos adelante".
Pese a la euforia, el italiano es realista y sabe quién manda en el nuevo orden de MotoGP. "Todavía no estamos al nivel de Marc y Álex", afirmó con rotundidad. "Quizás podemos luchar con Pedro, que ha estado fortísimo en este final de temporada. Pero debemos continuar trabajando y mejorar para alcanzar el mejor nivel posible".
La carrera se rompió muy pronto. Bezzecchi impuso un ritmo infernal que Álex Márquez, pese a superar a Acosta en la segunda vuelta, nunca pudo igualar. Quien no terminó la prueba fue Pecco Bagnaia. El de Turín, que rodaba en una cómoda pero solitaria cuarta plaza, se fue al suelo en la vuelta 12, en una caída inexplicable que le deja con un cero doloroso.
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Este resultado sentencia definitivamente el Top 3 del Mundial. Con Marc Márquez ya coronado en Japón y Álex Márquez afianzado como subcampeón, la victoria de Bezzecchi le asegura casi matemáticamente el 'bronce' del campeonato: "Acabar tercero en el mundial nunca ha sido algo que me haya obsesionado", dijo. "Lo mismo vale para Valencia, voy allí con la mentalidad que se necesita para hacer un buen fin de semana".

