Álex Márquez se bajó de la moto en Portimao con el subcampeonato del mundo de MotoGP sellado bajo el brazo, pero con el gesto serio de quien ha visto al enemigo de cerca. Un segundo puesto que supo a gloria por el esfuerzo titánico que requirió, pero que destapó una realidad: la era del dominio absoluto de Ducati podría tener los días contados.
La carrera del #73 fue un auténtico ejercicio de supervivencia. Un esfuerzo titánico desde la segunda vuelta para intentar dar caza a un Marco Bezzecchi que, simplemente, jugó en otra liga. Márquez lo dio todo en un inicio fulgurante para impedir la escapada del italiano, pero pagó un precio altísimo en el tramo final de la prueba.
"Lo he probado, pero casi no llego a la orilla por culpa de ese principio de carrera", confesó el catalán nada más terminar, en declaraciones a DAZN. El piloto de Gresini fue explícito sobre su calvario: "He tenido que forzar muchísimo, pero no tenía nada que perder".
El límite no lo puso su ambición, sino la física. La persecución dejó su Michelin temblando. "El neumático delantero iba muerto", sentenció Márquez, que explicó dónde Bezzecchi marcó la diferencia: "Tanto Bezzecchi como su moto hacían mucha diferencia en el último sector, ahí notaba yo mucho el neumático delantero".
La sensación en las últimas vueltas fue de pura agonía. "Al final iba con el agua al cuello, delante más que detrás, que tenía buena tracción", admitió. Hubo un instante, en el ecuador de la prueba, en el que la victoria parecía una quimera alcanzable. "He disfrutado hasta ese momento en el que Marco no estaba muy lejos, pensé que había alguna esperanza... pero luego vi que no".
Pero el verdadero titular, la gran advertencia para Borgo Panigale, llegó al analizar el rendimiento del rival. Preguntado sobre si el recital de Bezzecchi era un espejismo, Álex fue tajante y directo: "Están mucho más cerca".
Para Márquez, esto no es flor de un día. "La Aprilia ha sido muy competitivo desde el inicio de la temporada", analizó. El problema para la competencia es que el italiano ya le ha cogido el pulso a la máquina de Noale. "Marco era nuevo en Aprilia y al principio cuesta (...) Al principio le costaba la qualy, y en cuanto ha mejorado, está ahí siempre".
The BEZ show at Portimao 🏆
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) November 9, 2025
Marco Bezzecchi becomes the 6th different consecutive winner 🔥#PortugueseGP 🇵🇹 pic.twitter.com/N4rfxzfMQ4
El aviso a su propia fábrica fue inmediato. "Nosotros tenemos que seguir trabajando de la mejor manera", reconoció, admitiendo que "en curvas rápidas nos falta un poco".
Por si la paliza de Bezzecchi no fuera suficiente, Álex tuvo que sudar tinta para defender la plata en la última vuelta. El Tiburón Pedro Acosta, que venía recortando a marchas forzadas, se le echó literalmente encima.
Márquez, lejos de esconderse, entonó el 'mea culpa' por el suspense final. "Yo iba al límite, no podía cometer ningún error", explicó. Sin embargo, reconoció el fallo que casi le cuesta el segundo puesto: "Es verdad que me he relajado demasiado en una vuelta, he visto que tenía mucha distancia y me he relajado... y le he dado esperanzas al de detrás, error mío".
Ese despiste le obligó a un último esfuerzo. "He tenido que poner toda la carne en el asador", concluyó sobre el agónico final. "He podido mantener la segunda posición por suerte".
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Con la general de pilotos y el subcampeonato decididos, la batalla de Valencia será por el honor. "Seguir al mismo nivel", pide Márquez. "Todas las fábricas están cerca en este final de temporada (...) que sea una buena traca final".
