
Final de temporada 2025. Penúltima cita del calendario. La caravana de MotoGP aterriza en Portimao, y en el box de Yamaha no hay mucho que celebrar. La M1 de este año ha sido, una vez más, una decepción. Todas las miradas y esperanzas están puestas en 2026, en la revolución del motor V4 que debe sacar a la marca de Iwata del pozo. Pero justo ahora, su piloto estrella, Fabio Quartararo, empieza a dudar del potencial del nuevo proyecto.
Lejos de mostrarse entusiasmado con el futuro, El Diablo ha sembrado la duda. Justo cuando más necesita creer en el cambio, el francés confiesa una extraña nostalgia por la moto que está a punto de jubilar, el viejo motor en línea que le está dando un 2025 para olvidar.
"Como todavía no sé cómo funciona el V4, no sé si la echaré de menos [la moto actual]", disparó el galo La frase lapidaria llegó a continuación: "Seguramente es positivo cambiar, pero quizás el año que viene la eche de menos".
Este comentario dinamita la narrativa de salvación que Yamaha ha intentado construir. Se da por hecho que Portimao y Valencia serán las últimas apariciones del cuatro en línea. Quartararo lo ve como un giro drástico en su trayectoria, aunque admite que el cambio es casi irreversible. "En cualquier caso, se trata de un nuevo paso en mi carrera. Veremos cómo va".
"Por lo que he entendido, estas serán las dos últimas carreras con el motor en línea. Para mí es así al 99%", matizó. ¿Y ese 1% de duda? "El porcentaje que queda es solo por si no responde como se espera, alguien podría pedir volver al cuatro cilindros en línea, pero dependerá de Yamaha", consideró, abriendo un escenario casi apocalíptico para la fábrica.
El pesimismo de Fabio no nace de la nada. Los primeros contactos con el prototipo de 2026 no han sido positivos. El francés reveló las malas sensaciones que le transmitió Augusto Fernández tras probar la nueva M1 V4 en el último Gran Premio de Malasia, donde el probador español no fue mejor que las motos actuales.

"Hablé con Augusto de la nueva M1, ya que en Sepang le di un basculante mío para intentar mitigar las vibraciones que sufría", explicó Quartararo. "Aunque la situación mejoró, el resultado ha demostrado que estamos todavía lejos en términos de rendimiento. Más que mirar los datos, hoy es crucial para los ingenieros intentar entender cómo cerrar la brecha".
¿Por qué la M1 de 2025 ha sido un fracaso y el prototipo de 2026 parece verde? Quartararo desveló la estrategia interna de Yamaha: han sacrificado el presente por el futuro lejano. "El foco de los técnicos estaba más en 2026, así que los progresos desde Tailandia hasta hoy han sido limitados".
Este enfoque ha supuesto un calvario para el piloto, que ha tenido que batallar un año entero con material obsoleto. "Espero que haya valido la pena y que la próxima moto tenga un rendimiento mejor, porque como piloto ha sido duro", confesó.
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El trabajo durante 2025, por tanto, no se ha centrado en la potencia o el chasis que tanto necesita. "Los pasos adelante han afectado solo ligeramente al propulsor, mientras que el gran trabajo se ha centrado en la electrónica. Hemos intentado entender cómo ser competitivos teniendo menos a nuestra disposición", concluyó.

