
Honda entra de lleno en el segmento de las grandes sport-touring con su esperada CB1000GT 2026, un modelo que hoy ha sido desvelado en todo su esplendor durante el arranque del EICMA de Milán. Los ingenieros de la firma japonesa han partido de la plataforma de la nueva y agresiva naked CB1000 Hornet, pero con un mandato muy claro, resumido en su lema interno: “Más rápida. Más distancia. Más confort". El resultado busca ser la máquina de doble cara definitiva.
El corazón de la bestia es el legendario motor de cuatro cilindros en línea de 1000 cc, un propulsor que debe su linaje directamente a la CBR1000RR Fireblade. Pero que nadie espere la respuesta explosiva de una moto de circuito. Honda ha metido mano a fondo en la gestión electrónica y el acelerador Throttle-By-Wire (TBW) para reorientar su carácter.
Aunque la potencia máxima se mantiene en unos más que respetables 150 cv, con 102 Nm de par, el esfuerzo se ha centrado en suavizar la entrega, especialmente en la apertura inicial del acelerador. El objetivo es claro: reducir la fatiga en viajes largos y hacer la conducción con pasajero mucho más fluida, sin sacrificar la emocionante estirada en la zona alta del cuentavueltas.
Sin embargo, donde la CB1000GT realmente saca pecho es en el apartado tecnológico, buscando liderar la categoría. La clave de todo el sistema es una avanzada Unidad de Medición Inercial (IMU) de seis ejes. Esta pequeña caja es el cerebro que monitoriza la inclinación, el cabeceo y el balanceo de la moto en tiempo real.
Gracias a la IMU, la GT puede ofrecer un ABS que funciona de forma segura incluso con la moto inclinada en plena curva. Pero su trabajo no acaba ahí. Esta unidad también gestiona la joya de la corona del chasis: la suspensión electrónica Showa EERA (Electronically Equipped Ride Adjustment), que viene instalada de serie.


La suspensión EERA "lee" la carretera y la actitud de la moto, ajustando la fuerza de amortiguación en apenas 15 milisegundos. En la práctica, esto se traduce en una moto que ofrece una comodidad de lujo en autopistas bacheadas y, al segundo siguiente, la firmeza de una deportiva para atacar un puerto de montaña, eliminando el hundimiento excesivo al clavar frenos.
Además, la IMU gobierna los cuatro modos de conducción predeterminados (Standard, Sport, Rain, Tour) y un modo "User" personalizable, que ajustan la entrega de potencia (EP), el freno motor (EB) y el control de tracción (HSTC) a las necesidades del momento.
Honda parece haberse cansado de que sus clientes tengan que visitar el catálogo de accesorios tras comprar la moto. La CB1000GT llegará a los concesionarios "full equip". La lista de equipamiento de serie es abrumadora: maletas laterales rígidas (37 litros en un lado, 28 en el otro), control de crucero (operativo entre 50 y 160 km/h), puños calefactables y protectores de manos.

Pero la lista de elementos de serie no termina ahí. También incluye el caballete central (vital para el mantenimiento en ruta) y un quickshifter bidireccional, que permite subir y bajar marchas sin accionar la maneta de embrague, gracias a una función autoblip que da el golpe de gas perfecto en las reducciones.
Para que las largas jornadas sean un placer, la ergonomía se ha rediseñado por completo. El triángulo que forman el manillar (más alto y cercano), el asiento y las estriberas dibuja una postura mucho más erguida y relajada que en la Hornet. El asiento del piloto gana 15 mm de grosor, pero el verdadero lujo se lo lleva el pasajero, cuyo mullido crece la impresionante cifra de 39,5 mm.
A nivel de chasis, aunque se mantiene la estructura principal de acero tipo diamante, el subchasis es completamente nuevo. Se ha reforzado y alargado para soportar el peso extra del equipaje y el pasajero, además de ampliar el espacio vital a bordo.
Un detalle técnico crucial para su comportamiento dinámico es el basculante Pro-Link. Es 16 mm más largo que el de la Hornet (pasa de 619 mm a 635 mm). Este cambio, que puede parecer menor, es fundamental para aumentar la estabilidad a alta velocidad, especialmente cuando la moto va cargada hasta los topes, evitando el "efecto flan" que sufren algunas rivales al límite.

La experiencia a bordo se completa con un puesto de mando de última generación. La protagonista es la pantalla TFT a color de cinco pulgadas. Honda ha empleado la tecnología de "unión óptica", que sella el cristal exterior directamente al panel LCD, eliminando la cámara de aire. ¿El resultado? Cero reflejos, incluso cuando el sol del mediodía pega de lleno sobre el cuadro.
Como es de esperar, esta pantalla ofrece conectividad total mediante la app Honda RoadSync, permitiendo gestionar llamadas, música o recibir instrucciones de navegación GPS directamente en el panel, todo controlado desde una piña izquierda retroiluminada.
El agresivo carenado no es solo una declaración de intenciones estéticas. Ha sido esculpido mediante simulaciones CFD para ofrecer la máxima protección aerodinámica sin generar turbulencias molestas. La cúpula, ajustable en cinco posiciones con una sola mano, remata un conjunto pensado para devorar kilómetros.

Para que esos kilómetros fluyan sin interrupciones, el depósito de combustible crece hasta los 21 litros, lo que, combinado con un consumo ajustado (16,5 km/l), promete una autonomía potencial que supera con holgura los 340 kilómetros.
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La Honda CB1000GT 2026 estará disponible en tres esquemas de color: Grand Prix Red, Pearl Deep Mud Gray y Graphite Black. De momento, no hay noticias sobre su fecha de llegada ni precio en el mercado español; sabiendo que la Hornet 1000 cuesta 11.190 euros en nuestro país, es posible que esta GT se mueve en una horquilla entre los 12.000 y los 13.000 euros dado su nivel de equipamiento de serie.

