
Patrick "Pat" Cornell, un veterano de la Marina estadounidense de 60 años, ha completado un reto que parece difícil de creer: recorrer 146.000 millas (unos 234.000 kilómetros) en 146 días consecutivos. El pasado 2 de septiembre, Cornell, conocido en la comunidad motera como "Vroom Old Man", cruzó la línea de meta en Newport News (Virginia), culminando un viaje que lo llevó a rodar 1.000 millas diarias (1.600 kms.), sin descanso, por una causa muy personal.
El objetivo de este maratón sobre dos ruedas no era batir récords; Cornell solo tenía un objetivo en mente: dar visibilidad y recaudar fondos para la Distrofia Miotónica, una devastadora enfermedad hereditaria que afecta a más de 150.000 estadounidenses. La misión de Pat es, además, muy persona, ya que la enfermedad afecta gravemente a la familia de su esposa Janice.
La campaña, que busca alcanzar una meta de 125.000 dólares para la Fundación de la Distrofia Miotónica, ya ha recaudado más de 96.900 dólares gracias al viaje de Cornell. Estos fondos se destinan íntegramente a la investigación, programas de apoyo a pacientes y esfuerzos para encontrar mejores tratamientos y, eventualmente, una cura.
Además de su pasado en la Marina, Patrick es un bombero retirado y fue uno de los primeros en responder durante los atentados del 11 de septiembre. Ahora, en su jubilación, ha canalizado ese mismo compromiso inquebrantable hacia la lucha contra la Distrofia Miotónica.
Para lograr un promedio de 1.000 millas diarias, la elección de la máquina era crucial, pero también lo eran sus modificaciones. Pat eligió una Indian Pursuit 2025 con el motor Power Plus 112. Sin embargo, la moto que terminó el viaje dista mucho del modelo de serie. Fue transformada en una herramienta de resistencia pura.


La autonomía era una prioridad absoluta. Para minimizar las paradas, se instaló un depósito de gasolina auxiliar de 17 litros anclado a un soporte ubicado en la parte trasera de la moto, delante de la matrícula. Este sistema alimenta automáticamente el depósito principal cuando solo queda un cuarto de depósito, manteniendo la moto siempre llena. "Entre los dos depósitos, tengo 41 litros", explica Cornell. Esto le otorga una autonomía de "entre 560 y 640 kilómetros" con cada repostaje completo.
Rodar mil millas diarias, día tras día, impone un castigo físico brutal. Pat sabía que el confort no era un lujo, sino una necesidad para sobrevivir al reto. Por ello, cambió el asiento de fábrica por un Russell Day-Long, complementado con un cojín de aire Wild Ass. Cornell es tajante sobre esta modificación: "Si tu trasero no está cómodo en tu asiento, no vas a hacer días de mil millas consecutivamente. Esto fue un punto de inflexión".
La hidratación y la gestión de la temperatura también requirieron ingenio. Pat instaló dos jarras térmicas Onegon Arctic. Una funciona como su sistema de hidratación principal, conectada a una pajita Camelback. La otra tiene un propósito diferente: "Está conectada a una bomba manual", detalla. "Uso esto para mojar mi sotomono, y me mantiene más fresco en el clima cálido".
What does it take to ride 145,000 miles in 145 days?
— Indian Motorcycle (@indianmotocycle) October 27, 2025
Pat Cornell walks us through the customizations on his Indian Pursuit - built for endurance, comfort, and the relentless, consistent power of the PowerPlus 112 engine that kept him charging through 1,000+ mile days.… pic.twitter.com/vpEdQHRpHP
El puesto de mando de la Indian parece sacado de una película de ciencia ficción. Sobre un manillar personalizado e instalado en el conjunto del faro, Pat lleva una tablet que ejecuta Waze y un radar meteorológico. A esto se suman un GPS Garmin Zumo XT , dos rastreadores satelitales (Spot X y Zolio) y un detector de radar y láser GPX. La visibilidad nocturna se aseguró con un potente juego de luces Denali D7 Pro y luces LED3 adicionales en los carenados inferiores.
Durante los 146 días de viaje, que acumularon 148.200 millas (unos 238.500 km) en el odómetro de la moto al momento de grabar su testimonio, la fiabilidad mecánica fue impecable. "El motor no ha perdido el ritmo. Mantenimiento regular, arranca todos los días, hace lo que quiero que haga", afirma con orgullo.
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Aunque la máquina ha demostrado ser infatigable, el piloto admite el peaje físico extremo de la aventura. Al finalizar, con la misión principal cumplida pero el cuerpo al límite, Cornell reflexionó sobre su estado. "Me gustaría decir que estoy listo para hacer otras 150 [mil millas], pero eso sería mentira porque soy un viejo lisiado y destrozado". Sin embargo, la confianza en su Indian Pursuit sigue intacta: "Pero estoy seguro de que la moto lo haría, al menos".

