Fabio Quartararo se ha cansado de esperar. El piloto estrella de Yamaha ha lanzado el ultimátum más serio hasta la fecha a la fábrica de Iwata: o le entregan una moto capaz de luchar por el Mundial de MotoGP, o hará las maletas. El mercado de pilotos se abrirá más que nunca en 2027, y Fabio sabe que podría ser su último tren para subirse a una moto competitiva si el proyecto V4 fracasa.
La frustración del francés viene de lejos. Sin una sola victoria desde 2022 y tras un 2025 de tímidos avances, el 'Diablo' sabe que el actual motor de cuatro cilindros en línea de la M1 ha llegado a su fin. La gran apuesta de Yamaha es un nuevo propulsor V4, pero las primeras sensaciones en el test de Misano no convencieron al piloto galo.
En la previa del Gran Premio de Malasia, Quartararo ha confirmado que no piensa alargar la decisión sobre su futuro. "Claro que tienes que moverte bastante rápido", aseguró el francés. “Además, creo que es bueno para un piloto empezar la temporada… No diría 'empezar la temporada', pero sí no tardar mucho en saber dónde quiero estar", matizó Quartararo, dejando claro que quiere su situación resuelta cuanto antes.
El piloto galo fue meridianamente claro sobre sus exigencias, supeditando su lealtad a la competitividad del proyecto. "Yamaha está trabajando duro con el V4, pero mi objetivo principal es luchar por victorias, podios y campeonatos". Esa declaración fue la antesala del aviso definitivo, una frase que sin duda han escuchado alto y claro en Iwata: "Y si no tengo la moto para hacerlo, por supuesto, me moveré".
Quartararo ha puesto una fecha límite a Yamaha. El examen final, el día del juicio para el nuevo V4, será en el test de postemporada en Cheste. "Creo que Valencia va a ser súper importante", subrayó.
El francés es consciente del reto mayúsculo que tiene Yamaha, que debe cambiar por completo el concepto de su moto. "Porque en dos meses y medio no puedes cambiar realmente la moto por completo, especialmente para nosotros", analizó. "No puedes cambiar la base por completo".
La presión es máxima para los ingenieros japoneses, ya que son la única fábrica que afronta un cambio conceptual tan drástico de cara a la próxima campaña. "Creo que todos los fabricantes tendrán la misma moto el año que viene, pero para nosotros, no es el caso".
El periodo de evaluación será intenso y rápido. "Así que veremos cómo podemos mejorar, y creo que el punto crucial será el test de Valencia y el test de Sepang en febrero", concluyó sobre el calendario inmediato.
Más allá de 2026, la revolución reglamentaria de 2027 (motores 850 cc y neumáticos Pirelli) añade más incertidumbre. Quartararo sabe que cualquier contrato que firme ahora es un salto al vacío. "Al final, será una sorpresa para todos. Los 850 cc, especialmente los neumáticos. No puedes saberlo". Lejos de asustarle, el 'Diablo' se siente cómodo en ese escenario. "Pero creo que es un poco una apuesta. Me gusta eso".
Leer también: Pecco Bagnaia califica de "basura" todos los rumores sobre su futuro fuera de Ducati
Ante la incógnita, el francés desveló qué buscará en su próximo equipo, sea Yamaha u otro. "No puedo ver qué pasará en el futuro, pero tienes que ver quién está interesado en ti, quién tiene la motivación para ganar de verdad. Y estos serán los pequeños detalles que me harán elegir".