Seis temporadas dieron para mucho. Para títulos, para batallas en la pista y, como se ha sabido ahora, para una compleja dinámica interna en el box más potente del Mundial. Dani Pedrosa ha abierto el cajón de los secretos en DAZN para destripar lo que realmente supuso la era Marc Márquez en el Repsol Honda. Sin filtros y con una honestidad brutal, el de Castellar del Vallès ha puesto sobre la mesa una verdad incómoda: el talento de su compañero fue, a la larga, en contra de sus intereses.
El terremoto llegó en 2013 y se notó desde el primer minuto. Márquez no aterrizó en MotoGP, irrumpió como un ciclón. "El recuerdo que tengo de Marc de cuando hizo el debut en MotoGP era de que sabíamos que era un piloto muy fuerte, lo venía demostrando en categorías inferiores", arranca Pedrosa en el documental 'Marc, al otro lado del Box',. La sorpresa fue la velocidad con la que lo desató todo: "No conocía toda su capacidad, pero ya en el primer test fue muy rápido, en pocos kilómetros ya estaba en tiempos de los de arriba".
La única duda, la de siempre con un rookie, era la cabeza. "Lo único era saber cómo iba a gestionar la inexperiencia. Vi rápidamente que era un poco difícil, pero mejoró mucho más", reconoce. Y vaya si mejoró. Pedrosa pronto entendió que no competía contra un piloto más, sino contra una esponja, un depredador capaz de asimilar las virtudes de sus rivales y hacerlas suyas en tiempo récord.
"Yo tenía la misma moto que él, pero no conseguía desarrollar el mismo nivel. En ese momento vi a un Marc muy versátil. Creo que es una de sus cualidades", explica. Esta habilidad para "robar" armas a sus enemigos era su jugada maestra, un jaque mate estratégico que descolocaba a todos. "Era un piloto muy completo, y cuando le faltaba algo, que podía tener un rival, como yo o Jorge, era muy hábil en aprender rápido aquello que le faltaba, y aplicarlo en pista".
Era una anulación constante del contrario. "Marc es capaz de contrarrestar rápidamente la pérdida que las armas de su rival le pueden suponer", analiza Pedrosa "Así le quita fuerza al rival, porque en el otro lado el rival no es capaz de hacer siempre lo que hace Marc".
¿El problema? Esa virtud se convirtió en un arma de doble filo, una trampa para Honda y una pesadilla para el propio Pedrosa. La capacidad de Márquez para ir rápido incluso con una moto imperfecta enmascaraba los problemas de la RC213V. "A Marc le puedes cambiar el setting de la moto y te hará el mismo tiempo", desvela. Esto, que parece un don divino, era un veneno para la evolución. "Esa habilidad para desarrollar resultados, aunque la situación no sea ideal, es un hándicap para el ingeniero del equipo, porque te puedes confundir si el piloto es capaz de sobrellevar ciertas carencias".
En esencia, Márquez era tan bueno que no era un referente fiable para crear una moto dócil y competitiva para todos. "Sí, a la hora de desarrollar la moto no es la mejor guía, porque él puede sobreponerse a ciertos problemas que otros pilotos no". Y aquí llega la confesión que lo cambia todo. A medida que el '93' acumulaba títulos, su opinión se convirtió en ley en HRC, y la moto se fue moldeando a su imagen y semejanza, alejándose del estilo de Pedrosa. "Lo que fue más difícil para mí fue que con los años, como él se convirtió en el piloto número uno, pues después fue él quien llevó el desarrollo de la moto, y eso me perjudicó a medida que fueron pasando los años".
Pese a la rivalidad técnica, fuera de la pista la relación era cordial, marcada por dos personalidades antagónicas. El showman frente al piloto reservado: "Con Marc siempre tuve una buena relación, me llevé bien. Los caracteres que tenemos son muy diferentes, él es bastante más extrovertido, lleva mejor el ambiente, todo lo que es el colectivo de prensa, fans, tiene un carisma especial".
Pero el golpe no era solo en el crono, también era anímico. El ‘efecto Márquez’ inundaba el box de una energía arrolladora que, para el que quedaba detrás, era difícil de gestionar, exactamente la misma situación por la que está atravesando Pecco Bagnaia este año: "La manera en que lo celebra, la energía que transmite al equipo... tú a lo mejor has acabado cuarto, fuera del podio, y él ha ganado la carrera. La gente se quiere unir a esa fiesta, a esa energía tan positiva. Eso, si se replica durante muchos fines de semana, te lo pone difícil".
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Finalmente, Pedrosa también pone los pies en la tierra sobre el mito del piloto que gana con cualquier cosa, una referencia directa a la situación que llevó a Marc a dejar Honda: "¿Si Marc puede ir rápido hasta con un tractor? Bueno, es una forma de hablar, la realidad es que tuvo que dejar Honda para irse a Ducati y volver a ganar, si no seguiría en Honda ganando, aunque la moto no fuera tan competitiva".