Del éxtasis a la grava en siete días. La gloria de un campeonato del mundo de MotoGP puede ser efímera, y si no que se lo pregunten a Marc Márquez. Una semana después de levantar su séptimo título en la categoría reina, el piloto de Cervera cambió la celebración por una visita a la clínica, todo por un violento accidente en la primera vuelta del Gran Premio de Indonesia que le ha dejado fuera de juego, al menos, hasta que el mundial vuelva a Europa en noviembre, en el Circuito de Portimao.
El incidente ocurrió en la rapidísima curva 7 del circuito de Mandalika. En plena vorágine inicial, la Aprilia de Marco Bezzecchi contactó por detrás con la Ducati del campeón, catapultando a ambos pilotos fuera de la pista y de la carrera. El resultado para Márquez fue una caída muy dura que inmediatamente le provocó serios problemas en su hombro derecho.
Tras las pertinentes pruebas médicas, el diagnóstico confirmó los peores temores: una fractura en la base de la apófisis coracoides y una lesión de ligamentos en el hombro derecho. Un parte médico que se traduce en una ausencia obligada en los próximos Grandes Premios de Australia y Malasia, un parón inesperado para un piloto que acababa de conquistar el mundo.
Ahora, gracias a la última entrega del documental Inside Ducati Lenovo Team, hemos podido conocer las primeras impresiones de Márquez justo después del accidente, en una conversación con su equipo técnico que revela su estado de ánimo. Con la adrenalina todavía recorriendo su cuerpo, el piloto reconstruía los hechos con una lucidez asombrosa. “Cuando toqué la grava, iba muy rápido”, explicaba a sus ingenieros. “He salido bien, el agarre era bueno… normal. Cuando salí del garaje, había algo extraño, pero luego todo ha ido bien”.
Márquez tiene claro cómo se desencadenó todo. “Me ha tocado un poco por detrás y he salido volando”, sentencia, añadiendo con seguridad para despejar cualquier duda en su box: “Sé que no fue culpa mía. No era un sitio en el que fuéramos lentos”. A pesar de la frustración, el piloto español hizo un llamamiento a la calma en sus redes sociales, pidiendo evitar las críticas hacia Bezzecchi, en un gesto de gran deportividad.
En medio de la tensión del momento, incluso hubo espacio para el humor. Su jefe de mecánicos, Marco Rigamonti, bromeó sobre la posible duración de su convalecencia: “Nos vemos en Valencia en la Gala”, sugiriendo que podría perderse lo que resta de temporada. La respuesta de Márquez, entre risas, demostró sus ganas de volver cuanto antes: “Venga, va. Lo intentaré antes”, replicó. Aunque él mismo admitió la incertidumbre: “Pero depende. No estoy seguro de cuánto tiempo tarda el ligamento”.
Curiosamente, la celebración del título mundial en Japón tuvo un guiño que ahora cobra un nuevo significado. Márquez se fotografió en la cama de su hotel con el trofeo de campeón de 2025, emulando la icónica imagen de Leo Messi tras ganar el Mundial de Qatar con Argentina. Un homenaje que no es nuevo, pues ya en Misano celebró una victoria exhibiendo su mono ante el público, un gesto similar al que Messi protagonizó con su camiseta en el Santiago Bernabéu en 2017.
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Para quienes quieran conocer de primera mano cómo vivió el piloto y su equipo los momentos posteriores al gran susto del año, Ducati ha compartido las imágenes de todo lo ocurrido entre bastidores:
