Posiblemente recuerdes a Damon Motorcycles. Esta startup canadiense se hizo mundialmente famosa en 2019 por anunciar una auténtica revolución en el segmento de las motos eléctricas, prometiendo motos de grandes prestaciones, con geometrías a gusto de cada cliente y un complejo sistema operativo desarrollado a partir de Inteligencia Artificial.
Ahora, seis años después de su nacimiento, Damon Motorcycles se encuentra al borde del colapso financiero y operativo, inmersa en múltiples demandas millonarias y con su cúpula directiva envuelta en graves acusaciones mutuas. Tras cinco años y 75 millones de dólares recaudados, la compañía no ha entregado un solo vehículo, su plantilla se ha reducido a 13 empleados y sus acciones han perdido el 99,5% de su valor.
El epicentro de la crisis es una amarga disputa legal iniciada en febrero de 2025 por su cofundador y ex CEO, Jay Giraud. Según la demanda, Giraud fue forzado a dimitir en diciembre de 2024 bajo la amenaza de ser despedido "por causa justa sin base legal". La compañía ha negado categóricamente estas afirmaciones.
Paradójicamente, la propia demanda de Giraud sacó a la luz una carta de inversores que lo acusan directamente de haber "disipado el capital de los accionistas sin responsabilidad, resultados tangibles o retornos". En el documento se le imputa una gestión negligente, engañar sobre el progreso de la producción y nepotismo, al nombrar a su pareja como directora de marketing.
La implosión de la directiva se refleja en la situación financiera de la empresa. Damon afronta al menos otras dos demandas clave: una de la firma Moz Holdings por más de 376.000 dólares en alquileres impagados de su sede, y otra del inversor Andy DeFrancesco, quien reclama 3,2 millones de dólares en acciones que asegura no haber recibido.
Este caos ha provocado una fuga de talento. Derek Dorresteyn, director de tecnología y figura clave en el desarrollo de las patentes de Damon, abandonó la compañía a principios de 2025. Su salida se sumó a una serie de despidos masivos que, según exempleados, se produjeron en un ambiente de trabajo infernal con decisiones que hacían la producción casi imposible.
Documentos financieros presentados ante la SEC confirman la delicada situación: la compañía opera con solo 13 empleados, la mitad de ellos con cargos ejecutivos, y registró pérdidas netas de 5,35 millones de dólares en el último año fiscal. Las acciones de Damon fueron retiradas del NASDAQ y ahora se negocian en mercados extrabursátiles por un centavo de dólar.
En un intento por sobrevivir, la dirección anunció en septiembre una "transformación estratégica" para reconvertirse en una empresa de software, buscando licenciar su tecnología de inteligencia artificial a otros fabricantes.
Mientras la batalla legal continúa, el futuro de los cerca de 3.000 clientes que realizaron la reserva de una motocicleta Damon es incierto. Dichos pedidos, con un valor nominal de 100 millones de dólares, son teóricamente reembolsables, pero la viabilidad de la compañía para hacer frente a sus obligaciones está en seria duda.
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El regreso del cofundador Dominique Kwong como CEO en sustitución de Giraud no parece haber frenado la caída libre de la que prometió ser la "Tesla de las motos".
